¿Hace falta una asignatura de nutrición para combatir la obesidad?
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Nutricionistas y chefs lo consideran básico, pero las ampas creen que es tarea de las familias enseñar a comer a los pequeños
03 Mar 2020. Actualizado a las 10:58 h.
Hartos están los expertos de repetir la importancia de la educación para prevenir el que puede ser considerado como el mal endémico de la sociedad española del siglo XXI: la obesidad. Pese a esto, el tema ha pasado inadvertido en la el nuevo proyecto de reforma educativa, denominada LOLMLOE. Tienen que tomar la batuta nutricionistas y cocineros para alzar la voz y luchar para frenar este acusado problema que empieza en la infancia y que, poniendo el foco en Galicia, ya sufren uno de cada tres niños de entre 6 y 15 años.
Pedro Subijana no pierde ocasión de advertir la importancia de la formación en conductas alimentarias saludables desde Primaria. Los hermanos Roca lo hacen con frecuencia, y Martín Berasategui lo expuso en La Voz: «Llevo años protestando porque no podemos dejar que los niños tengan la misma alimentación que la gente de mi edad. La asignatura más importante que puede haber en los colegios del mundo es Alimentación y Nutrición». Las palabras del reputado cocinero no son más que una cantinela que llevan años repitiendo los titulados en Nutrición. Tanto es así que la Fundación Española de Nutrición (FEN) llevó hace dos años una propuesta al Parlamento Europeo para que esta materia fuese un «objetivo prioritario» en el currículo escolar. La regulación de la asignatura de Nutrición la aprobaron casi la totalidad de los países europeos; pero todavía ninguno se ha puesto serio con el tema. ¿Será España el primero? Hay núcleos duros del ámbito educativo que esperan que esto no suceda.
María José Mansilla, representante de Congapa, la asociación gallega de AMPA de la escuela concertada, mantiene que en ningún caso quiere restar importancia a la necesidad de que los menores tengan conocimientos de alimentación, pero a la vez opina que «no todo se debe dejar en manos de la escuela». Se explica. «Parece que los colegios tienen que educar a los niños en todo, y la realidad es que no podemos sobrecargar al alumnado». Por otro lado, añade Mansilla: «La nutrición ya está incluida de manera transversal en el currículo escolar, por lo que los alumnos ya aprenden las cuestiones básicas; si se introdujese como asignatura habría que aumentar la jornada lectiva, que ya es excesiva».
En una línea similar a la opinión de la presidenta de Congapa, Dolores Blanco, presidenta de la confederación de ANPA de centros públicos de A Coruña opina que la sociedad tiende a «sobrevalorar las capacidades del sistema educativo» y que «no todo se puede trasladar al colegio en forma de asignatura». No obstante, incide en que los índices de obesidad infantil son realmente alarmantes. Y por ello hay otros mecanismos en las escuelas para favorecer que los niños aprendan a comer. «Aunque no haya una asignatura como tal, en los colegios hay una concienciación mayor que hace años por la alimentación. Muchos comedores, además de mejorar los menús, cuentan con tablas nutricionales a la vista de los niños y en algunos centros se realizan actividades que premian a los menores que siguen hábitos alimentarios óptimos. Existe la semana de la fruta, en la que se incentiva a los niños que llevan fruta de merienda, por ejemplo». Además, añade que en Galicia también hay institutos que ofrecen la optativa de Ocio saludable, que aborda temas de nutrición.
El descocimiento de los padres
La nutricionista Belén Suárez difiere de la opinión manifestada por las presidentas de estas anpas en un punto central. Según esta experta es importante que en las aulas se imparta esta asignatura porque cuando pasa consulta percibe que hay mucho desconocimiento alrededor de la nutrición, por lo que es difícil garantizar que los más pequeños vayan a adquirir hábitos saludables solo en el seno familiar. «Varias veces he tenido que llegar a explicar qué son las legumbres, que es algo muy básico; por otro lado, entiendo que hay muchos padres que no tienen tiempo ni dinero para poder ofrecer una variedad de alimentos saludables: muchos piensan ‘les hago a los niños unos macarrones con tomate frito, que es rápido y, por dos euros, alimento a toda la familia’». También hace hincapié en que en la actualidad los menores tienen a su alcance una variedad mayor de productos procesados. «Esto, si los niños no tienen conocimientos de nutrición se traduce, sin duda, en un aumento del consumo de estos alimentos frente a las frutas. En cambio, si aprenden a comer desde pequeños, sabrán distinguir lo bueno de lo malo», concluye.
«Efecto Shokuiku»: Desde que el Japón incluyó esta materia hay menos niños obesos
Comenzó en el 2005 para combatir la obesidad infantil en Japón y, desde entonces, la tasa de menores con sobrepeso patológico se redujo un 20 %. Se trata del programa Shokuiku, al que en España le echaron el ojo con idea de implantarlo en nuestro país la iniciativa Eduksano, puesta en marcha el pasado año por asociaciones de padres (Concapa) y la Cooperativa de Armadores de Vigo. Este proyecto se basa en incorporar la asignatura de Educación Alimentaria y Nutricional al plan de estudios de los centros educativos en igualdad de condiciones que asignaturas como Matemáticas o Lengua. El país nipón formó a 6.000 profesores nutricionistas que trabajan en clase y supervisan la comida de los colegios. Además, se incide en el consumo de producto local.