Two Schmucks, o cómo murió de éxito en Barcelona el séptimo mejor bar del mundo
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Solo unas horas después de alcanzar un hito histórico, la «alma mater» de esta coctelería abandonó el proyecto con todo el equipo
24 Oct 2022. Actualizado a las 10:45 h.
Two Schmucks. Dos estúpidos. Así se llama el bar. El séptimo mejor bar de cócteles del mundo, según el ránking más prestigioso del sector, auspiciado por 50 Best Bars, que concedió a Barcelona tres de los diez primeros puestos: el rutilante número 1 a Paradiso, el explosivo tercer puesto de Sips (con el barman Simone Caporale, que dominó con mano de hierro esta lista durante años) y el séptimo puesto de Two Schmucks.
Sin embargo, la verdadera bomba estalló apenas unas horas después de haber alcanzado tal hito sin precedentes. Uno de los dos fundadores de Two Schmucks, Moe Aljaff, abandonaba el barco con toda la tripulación.
El nacimiento del bar, en el año 2017, no pudo ser más romántico. Tres amigos, Aljaff, James Bligh y AJ White, llegaron al barrio del Raval en Barcelona realizando eventos efímeros de coctelería y decidieron quedarse. Se asentaron en un antro de tacos mexicanos y crearon un bar, también efímero. Lo decoraron con sus propias manos utilizando material reciclado. Y lo efímero perduró.
Two Schmucks fue creciendo (ahora integra un grupo, junto a Lucky Schmuck y Fat Schmuck) y sus bocadillos de pastrami se hicieron tan famosos como sus tragos. Era uno de los mejores ejemplos de la gentrificación del barrio. Y en esa evolución, como uno de los caminos para irrumpir en la lista de 50 Best Bars, acabaron abriendo la puerta a inversores. Ese es el momento en el que entró en escena Roland Nash, especulador británico vinculado desde hace veinte años al fondo de inversión VPE Capital (que dirige junto a su esposa) con sede en Rusia, otra firma relacionada (Filsham Limited) en Malta e inversiones como la compra del aeropuerto de Almaty (Kazajistán). «En plena pandemia, James Bligh me convenció para aceptar un inversor», justifica Aljaff. Las discrepancias no tardaron en aparecer y la elección como séptimo bar del mundo fue el éxito que le dio la puntilla inmediata a Two Schmucks. Nash ofreció a James Bligh y a Pom Modeste (junto a Juliette Larrouy, una de las barmaids francesas que estuvieron en el proyecto desde el inicio) abanderar la nueva etapa... sin contar con sus ya examigos.
«Schmuck or die»
Siempre fue un grupo de bares diferentes, locales hipsters en el que solo se utilizaba el inglés y se comían bocadillos de pastrami en la barra, con cócteles de tirador, menús efímeros, un espacio solo para el consumo de vinos... Después vinieron la pandemia, los brunchs irreverentes, los tragos para llevar, el karaoke y la especulación. Con la foto superior se despidieron en sus redes.