La Voz de Galicia

El Gran Lebowski o la segunda juventud del Ruso Blanco

Vinos

Miguel Arbe Este coruñés trabajó en Londres, Dubai y Japón rodeado de bartenders de referencia antes de volver a su ciudad natal. Ahora tras ser finalista de premios como los Young British Foodies o Sumiller del Mes (revista Food and Travel Magazine), se puede disfrutar de sus cócteles tras la barra de Bordello Lenceria (Instagram: @bordellolenceria)

Este trago, que los gallegos bien pueden preparar con licor café y vodka, se convirtió en un imprescindible de las noches de juerga de los amantes de este magnífico film de los hermanos Coen

13 Jan 2021. Actualizado a las 15:07 h.

La comedia de culto de los hermanos Coen, El Gran Lebowski, es un viaje alucinógeno donde el vago protagonista amante de los bolos y vestido siempre con su albornoz, el Nota (the Dude) Lebowski, se bebe Rusos Blancos como si fuesen batidos.

-Entonces, tú eres Lebowski.

-Sí.

-Maude me contó todo de ti. Volverá en un minuto. Siéntate. ¿Quieres una bebida?.

-Si, claro. Un Ruso Blanco.

-El bar esta allí.

El primer contacto con el personaje interpretado por Jeff Bridges es, precisamente, en el supermercado, comprando ingredientes para su bebida favorita, en este caso half-and-half, una mezcla de leche y nata. A lo largo de una historia en la que están involucrados una alfombra sucia, un millonario, una identidad errónea, una mujer secuestrada, estrellas del porno, bolos, veteranos de Vietnam y arte, los cócteles son una constante.

El Nota es un amante del Ruso Blanco o Caucásico, como así lo bautiza en una escena, hasta el punto de protegerlo mientras lo meten en una limusina «Careful, man, there's a beverage here!» («Cuidado, tío, llevo una bebida») o incluso llegar a hacérselo con leche en polvo sin lactosa.

Digamos que, gracias a este personaje, el Ruso Blanco, un cóctel de estilo after-dinner, se convirtió en una bebida popular entre el público y vivió una segunda juventud, si es que alguna vez tuvo una primera.

Miguel Arbe

El trago en cuestión es muy simple y esta es su receta:

En un vaso bajo de tipo old-fashioned o whisky lleno de hielo vertemos el vodka y el licor café (tradicionalmente se utiliza Kahlua, pero nuestro licor café gallego funciona a las mil maravillas), revolvemos un poco y completamos con la nata vertiéndola lentamente para que flote sobre la mezcla de alcoholes. 

Se suele servir con la separación de colores y que el bebedor lo mezcle a su ritmo, pausado, como El Nota.

¡Salud!


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