La Voz de Galicia

John Cobra dispara la audiencia de la gala de selección para Eurovisión

Gente

Jorge Vogelsanger

Los insultos del rapero hacia el público eclipsaron el triunfo de Daniel Diges.

23 Feb 2010. Actualizado a las 21:21 h.

La gala de televisión para escoger al representante de España en el festival internacional de la canción Eurovisión resultó ser un espectáculo envenenado. John Cobra, un rapero valenciano con pasado de presidiario convirtió su actuación, retransmitida en directo por la cadena pública TVE en el mejor horario de la noche, en un enfrentamiento con el público en el que no faltaron gestos obscenos ni improperios de todo tipo.

Carol, el tema que presentó Cobra, alias Mario Baquero, no fue precisamente del agrado de la audiencia, que terminó abucheando al cantante amateur. Éste no encajó bien las críticas, se llevó las manos a las entrepiernas y comenzó a soltar insultos: «¡maricones!», «¡comedme la polla!» fueron algunos de ellos.

Pese al bochornoso espectáculo, Anne Igartiburu, la presentadora estrella de la cadena, demostró ser la paciencia en persona.

«Tranquilo, cariño», le decía a Cobra mientras le pasaba la mano por su rapada cabeza. Éste, mientras, reclamaba «el respeto» del público.

«Esas cosas no se dicen, y mucho menos en la televisión pública», le insistió en tono de maestra la presentadora vasca, que había anunciado a Cobra como «la pesadilla de los eurofans» Pero no había manera. La audiencia insistía en pitar, y John Cobra se llevaba la mano a la entrepierna. Una y otra vez.

Desde el jurado, la periodista Pilar Tabares se limitó a decir que no le gustaba la canción. «Pero no tengo nada en contra del rap», aclaró. Su veterano compañero José María Íñigo sí que le recriminó al cantante su actitud: «Cuando uno se presenta ante el público, tiene que estar dispuesto a que le rompan la cara... Lo que has hecho aquí te descalifica para siempre».

«Me da igual», contestó Cobra mientras abandonaba el escenario.

«Yo soy yo mismo. Y el que me quiera me querrá como soy. Los que no... que les den por el culo», agregó el rapero, que antes de la gala contó que estuvo dos años y tres meses en prisión por darle una paliza a dos personas que trataron de atracarlo.

Cobra no ganó. Pero el joven, que llegó a la final gracias a los votos en Internet que recibió desde un foro de automóviles, eclipsó el triunfo de Daniel Diges, un cantante de musicales conocido por su aparición en espectáculos como Mamma Mía (Abba), We Will Rock You (Queen) y Hoy no me puedo levantar (Mecano).

El artista madrileño ganó con su interpretación de Algo pequeñito, un tema calificado como «un vals moderno» que sí hizo de las delicias de un público entregado y que aupó a Diges como el representante español para la final de Eurovisión que tendrá lugar el próximo 29 de mayo en Oslo (Noruega).

Pero también es cierto que Cobra hizo que se disparara la audiencia del programa. Y de qué manera: Si el año pasado la gala apenas logró seducir a unos 800.000 espectadores, la edición del lunes acaparó la atención de 2,6 millones de televidentes, con lo cual obtuvo un «share» del 15,6% y se convirtió en el segundo programa más visto de la noche por detrás de la serie El internado.

No obstante, incluso el presidente de Radiotelevisión Española (RTVE), Alberto Oliart, tuvo que reconocer hoy: «Me parece indigno».

Lo dijo en la comisión de control a RTVE en el Congreso, donde agregó: «No pensábamos encontrarnos con esa sorpresa, pero el directo es así».

En todo caso, no es la primera vez que la polémica rodea la gala de Eurovisión en España.

De hecho, días atrás hubo todo tipo de protestas por la descalificación por parte de la cadena de candidatos como la periodista de farándula Karmele Marchante, reconvertida en Pop Star Queen.

Marchante, que había sido la candidata más votada en Internet, pretendía concursar con un tema llamado Soy un tsunami, cuyo título ya había sido criticado como de mal gusto por usar un término que se asociaba al trágico maremoto que causó decenas de miles de muertos en el océano Índico en 2004.

En 2008 fue la elección de un personaje llamado Chikilicuatre la que dividió al país. Interpretado por el actor David Fernández, esta especie de Elvis con acento argentino llevó a Eurovisión el tema Baila el Chiki Chiki, que alcanzó una gran notoriedad mediática en España. En la final en Belgrado, sin embargo, quedó en el decimosexto lugar.


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