David Bustamante: «Me endeudé con 14 años para comprarle una pulsera de oro a mi madre»

Fue uno de los fenómenos mediáticos de comienzos de siglo en España. Uno de esos nombres de la primera edición de Operación Triunfo que pasaron a la historia. Y de aquella hornada de concursantes, entre los Chenoa, Bisbal o Rosa López, un chaval que apenas era mayor de edad conquistó a la audiencia por su origen humilde. Era el albañil David Bustamante. Cantar era su pasión y el programa iba a darle la oportunidad de su vida aquel otoño del 2001. Ese tránsito del anonimato al estrellato fue el eje principal del programa El Camino a Casa, presentado por el escritor y guionista Albert Espinosa. 

El cantante recorrió el camino entre la casa en la que se crio en la localidad cántabra de San Vicente de la Barquera y su instituto, reencontrándose con un montón de recuerdos y personas que marcaron los primeros años de su vida. «He tenido la fortuna de haber nacido en esta familia y de haber crecido en esta casa», dijo delante del domicilio, un piso en un edificio como cualquier otro. David no fue buen estudiante, y cuando se acercó al centro educativo, un profesor se lo recordó, no sin antes saludarle afectuosamente: «Es una persona que sabe el cariño, respeto y admiración que le tengo». Acto seguido sorprendió al artista sacando un informe con sus notas académicas. «Escúchame que tengo una hija y le he dicho que sacaba todo sobresalientes... que me hundes», le dijo Busta a Espinosa, antes de que el profe se metiera en harina. Finalmente, no se revelaron las calificaciones, zanjando el tema el presentador, «esto es muy fuerte, tenemos un problema», guardando el polémico boletín. Y una vez más, el ahora estrella recordó cuál fue su primer oficio. «A ver si te crees que me fui a trabajar a la obra porque era una eminencia estudiando», espetó mirando directamente a cámara.

El exmarido de Paula Echevarría, hoy felizmente ennoviado con la bailarina de origen ruso Yana Olina, a la que conoció en el programa Bailando con las estrellas, recordó su pasado en la construcción y uno de sus mayores errores en el mundo de las finanzas. «Me endeudé. Como economista iba mal. Le quise hacer un regalo a mi madre y me gustó mucho una pulsera de oro blanco y brillantes. Con 14 años cobraba 80.000 pesetas en la obra. Pero la pulsera valía 95.000. Tuve que estar pagándola dos meses», recordó ante la regalada. Ella, ante la inconsciencia propia de los delirios de juventud de David impuso la cordura: «Me pareció excesivo así que lo cambié. Me cogí una normalita y el resto se lo metí en su cuenta».  

Tras su paso por la Academia de OT, se dio cuenta de su progresión en la vida. «Tuve que meter muchas horas para construir un hotel porque venía un gran artista que hoy en día es amigo, Sergio Dalma», reconoció. Tenía fresco en la memoria el momento: «De premio el que nos contrataba, me permitió echarme una foto con él y conocerle. Entonces, le dije: "Ojalá un día fuera como usted porque le admiro mucho"». Un año después sería él quien llenaría hoteles y recintos hasta la bandera con sus conciertos... «cuidado con lo que deseas», aportó el cántabro al respecto. Una carrera musical que estuvo a punto de truncarse por problemas vocales. «Estuve dando un concierto en unos olivares y eso me dio alergia. A los 20 minutos me quedé sin voz, pero yo quise seguir. Al terminar el concierto, me había destrozado la garganta. Fue un momento duro, pero gracias a Dios estoy totalmente sano y sigo teniendo el mismo registro», comentaba este martes en el programa. 

Así ha hecho Bustamante su recorrido vital en el programa de La Sexta. Un hombre que ha sabido reinventarse, participando en diferentes formatos televisivos, lanzando una colección de fragancias muy suyas de las que vende una cada 30 segundos, peleando contra Mr. Jagger en 2022 en La Velada del año de Ibai y que vive actualmente en un casoplón de un millón de euros en la localidad madrileña de Boadilla del Monte que acaba de enseñarle en exclusiva a la revista Semana. ¿Qué será lo próximo?