El Celta, de sol a sol
Grada de Río
Entrenamiento y descanso copan las horas de la plantilla en el «stage»
17 Jul 2014. Actualizado a las 07:00 h.
Horarios reglados, comidas estudiadas, horas de descanso medidas, trabajo duro y momentos para hacer piña. Esa es la receta que estos días se sigue a rajatabla en la concentración del Celta en Marbella. Álex López, uno de los veteranos del equipo, cuenta cómo es la jornada diaria de un futbolista en la etapa más dura del año.
Horarios
Madrugón y a trabajar.A las nueve de la mañana toda la plantilla debe estar sobre el césped del Marbella Football Center, por eso toca madrugar. «Nos despiertan a las siete y media y el desayuno es de ocho menos cuarto a ocho y media. A las nueve menos cuarto salimos hacia el campo y a las nueve empieza la primera sesión. Ahí depende del tipo de trabajo; ayer terminamos sobre las once y media», momento en el que el equipo puso de nuevo rumbo a su hotel. «Como fue una sesión bastante dura nos dieron permiso para meter un poco las piernas en la piscina». Luego, ducha, y a prepararse para la comida.
Comida y descanso
Una hora para el almuerzo. «En una concentración todo está todo muy planificado, al durar tanto las sesiones tienes muy poco tiempo libre», comenta Álex López. A la una del mediodía toda la plantilla está citada en el comedor del hotel, donde disfrutan de menús supervisados por el nutricionista del club, Federico Mallo. «Luego, sobre las dos tenemos que ir a las habitaciones, aunque antes de subir siempre aprovechas para charlar un poco con los compañeros. Las horas de descanso tienen que ser en las habitaciones, es algo que se llevan muy a rajatabla». Y ahí es donde entran en juego los gustos de cada uno. «En las habitaciones cada uno hace lo que quiere; descansar, ver la tele, leer o jugar a la consola, que hay compañeros que las traen. Yo suelo estar con el ordenador o viendo la tele, y aprovecho para dormir, que soy bastante dormilón, y para hablar con Sergio, que es mi compañero». Tras el descanso, entre las seis menos cuarto y las seis y media se sirve la merienda, «y los que tienen que ir al fisio a vendarse, a darse un masaje o lo que sea, lo hacen, porque a las siete menos cuarto partimos hacia el campo».
El final de la jornada
Cena, cartas y charla. La sesión de trabajo vespertina suele contener más balón, y eso la hace más entretenida para los jugadores, que una vez de regreso al hotel, pasan de nuevo por la ducha para luego hacer la última comida del día. «La cena es sobre las nueve y media y luego ya te quedas charlando un rato con los compañeros y tienes una horita y media para aprovechar reuniéndonos en una habitación a jugar las cartas o consola». La pocha y el póker son las alternativas más habituales, y el paso previo al ansiado sueño reparador. «Tras el esfuerzo del día pues nos vamos a dormir, que se agradece, porque al día siguiente ya toca dar caña otra vez».
El ambiente
Hacer grupo. La rutina preside las concentraciones deportivas y Álex López reconoce que pueden convertirse en algo pesadas, «pero son importantes. Nos permiten adaptarnos más rápido y conocernos mejor. Lo importante es llegar bien a la Liga y que seamos una piña durante todo año», y según el jugador, eso va viento en popa. «El ambiente está siendo muy bueno, somos un vestuario muy sano, la gente nueva es extrovertida y se está adaptando muy bien. Este vestuario es una gozada».