La Voz de Galicia

Borja Oubiña, un año en blanco antes de la despedida

Grada de Río

Míriam Vázquez Fraga La Voz / Vigo

El segundo capitán, que acaba contrato en junio, disputó su último partido el 17 de mayo del 2014; luego, recayó de su lesión de rodilla

20 May 2015. Actualizado a las 10:04 h.

El pasado domingo, coincidiendo con el partido entre el Celta y el Valencia, Borja Oubiña cumplía 33 años y uno completo sin poder defender la camiseta celeste en partido oficial. También contra el conjunto ché, el canterano más emblemático del club vigués disputó sus últimos minutos el 17 de mayo del 2014, cuando en el banquillo todavía se sentaba un Luis Enrique con el que fue perdiendo protagonismo poco a poco a lo largo de la pasada temporada.

Sus posteriores problemas de rodilla desencadenaron en que haya acabado pasando un año en blanco. Ahora, con su contrato próximo a expirar -lo hará el próximo 30 de junio- el club ya da por hecho que causará baja en el equipo, como ha admitido públicamente el presidente, Carlos Mouriño, en varias ocasiones. Su retirada del fútbol parece muy probable teniendo en cuenta que no ha conseguido superar sus problemas físicos, lo que cierra la puerta a continuar su carrera el otro club.

Tras completar los 90 minutos del choque contra el Valencia en la última jornada del curso pasado, Oubiña se mostraba satisfecho. «Lo importante es sumar cuando te toca. Estoy contento, porque lo primero es el grupo, y esperando la temporada que viene», comentaba hace un año un Oubiña que había pasado de disputar 36 partidos en el regreso del Celta a Primera a 25 en la temporada 2013/2014, el grueso de ellos en la primera vuelta del campeonato. Confiado en cumplir su contrato con el club, no le daba importancia a su papel secundario en el tramo final de liga y esperaba luchar por un puesto, algo que las lesiones que se volvieron a cruzar en su camino no le permitieron.

Operado en agosto del 2014

El último de los calvarios de Oubiña -cuya carrera ha estado marcada por sus graves problemas de rodilla, que se remontan a hace ocho años- no comenzó con ese paso de la titularidad a la suplencia de la mano del actual técnico del Barça. Fue poco después, durante la pasada pretemporada. Aunque empezó trabajando con el resto de sus compañeros a las órdenes de Berizzo, enseguida se resintió y, sin poder participar en la gira el inglesa, el 5 de agosto del 2014 pasó por el quirófano para ser intervenido en Barcelona por Ramón Cugat, que dirigió una operación en la que también estuvo el jefe de los servicios médicos del Celta, el doctor Cota. Entonces se estimó que el centrocampista estaría de baja un mínimo de cuatro meses, pero los continuos pasos hacia adelante y hacia atrás en su recuperación fueron borrando los plazos e hicieron que el final del túnel no acabara de estar visible para el capitán.

En este tiempo, Oubiña se ha sometido a diferentes tratamientos -probó incluso un novedoso artilugio diseñado por la NASA y utilizó una cámara hiperbárica-, pero a medida que transcurrían las semanas, su reaparición, lejos de aproximarse en el tiempo, parecía cada vez más lejana. El futbolista no ha llegado a trabajar sus compañeros, sino que durante los últimos meses se ha visto obligado a cambiar el césped de A Madroa por el gimnasio.

Los servicios médicos del club siempre se mostraron muy precavidos sobre este asunto, reconociendo en algunos momentos que la evolución no era la mejor pese al gran esfuerzo del paciente y que la posibilidad de que el jugador no se recuperara para el fútbol existía. «Borja é un traballador incansable e é o que máis ganas ten de poñerse ben», comentaba Cota a La Voz el pasado noviembre, destacando el optimismo del jugador y sus ansias de volver a vestir de corto.

La situación, además, no era nueva para un futbolista que ya había sido intervenido hasta en cinco ocasiones en la rodilla desde que se lesionó por primera vez, con el Birmingham en el 2007. Entonces fue operado por el doctor Genaro Borrás y, entre aquella intervención y la del pasado verano se sometió a otra en el año 2009. Tardó dos años en reaparecer, pero lo hizo en el 2011 para acabar convertido en uno de los héroes del ascenso del Celta en la temporada 2011/2012, en la que acabó participando en un total de 28 partidos.

El futuro, en su mano

Ahora solo queda que, tras despedirse de su etapa en activo este fin de semana en el último partido de liga, se pronuncie sobre su futuro. El club siempre le ha abierto la puerta a formar parte de su organigrama, un guante que Oubiña todavía no ha aclarado si recogerá.


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