Unos 7.500 aficionados se quedarán fuera al descartar el club el realojamiento
Grada de Río
El club alega que es completamente imposible reubicarlos tras el cierre de la grada por parte del Concello
22 Oct 2017. Actualizado a las 15:39 h.
Los socios de grada de Río y los aficionados que tenían entradas para el partido de mañana se quedarán sin verlo in situ. El Celta explicó en un comunicado que es ajeno a la decisión y que al estar el aforo lleno no puede reubicar a quienes tenían localidad para el graderío cerrado.
El comunicado del Celta fue escueto. De dos párrafos. En el primero relataba los hechos: «A última hora de esta la tarde, el Ayuntamiento de Vigo le ha comunicado al Celta que, por motivos de seguridad relacionados con la cubierta, la grada de Río, tanto Alto como Bajo, no se puede abrir al público, por lo que permanecerá cerrada para el partido de este domingo ante el Atlético de Madrid».
En el segundo, deja claro que no habrá reubicación: «El Celta, totalmente ajeno a esta decisión, lamenta los inconvenientes, trastornos y molestias que esta circunstancia les causa a abonados y aficionados que no podrán asistir al partido. Dado que no hay entradas a la venta y el aforo está completo es totalmente imposible afrontar la reubicación de los abonados. Las taquillas del estadio permanecerán por lo tanto cerradas este sábado».
Las decisiones del Celta y del Concello ponen en jaque a un buen número de aficionados, ya que de los 26.500 asientos que en la actualidad tiene Balaídos, 10.900 están ubicados en la grada que se va a cerrar, la más concurrida de todo el estadio con una media de 7.500 espectadores por partido y en donde además se ubica la afición rival, que a buen seguro en esta oportunidad y por tratarse de un grande, habría retirado las localidades disponibles. El aforo se queda con poco más de 15.700 localidades.
La entidad se comprometió por escrito a reubicar a los abonados en caso de obras
El pasado verano, cuando los aficionados acudían a darse de alta como socios del Celta o a renovar su carné, se encontraron con la obligatoriedad de firmar un escrito en teoría sobre la ley de protección de datos, pero que incluía un epígrafe sobre la posibilidad de que las obras afectasen a sus gradas. «El firmante acepta que el Celta pueda cambiar la localidad asignada por causa de fuerza mayor tal como reforma del estadio», se podía leer. Sin embargo, el club se comprometía en ese caso a «ceder la mejor localidad posible para la reubicación», y a poder ser, dentro de la misma grada.
El Celta dará una resolución a los abonados con posterioridad al partido.
Indignación en los aficionados que no podrán asistir
Decenas de aficionados comenzaron a expresar su disconformidad en cuanto se supo que los abonados de Río no podrán presenciar en Balaídos el partido de mañana. «¿Y ahora qué? Como siempre los abonados, la afición, gravemente perjudicada», señalaba la peña Terra Celeste. Afouteza comentaba que «o clube debería indemnizar os socios de Río dalgunha maneira», recordando que la entidad también sale «moi prexudicado».
Algunos, como Siareiros Dezaos, cargaban contra el alcalde: «Moitas grazas, Caballero, non nos estraña que Mouriño queira ir a Mos». Otros, como Churrascos Celestes, ponían el foco en el club: «O Celta vende o produto, se non está en disposición de ofrecelo está estafando».