La Voz de Galicia

Brotes verdes en la Copa del Rey

Grada de Río

Julio Álvarez-Buylla

Las notas de Julio Álvarez-Buylla

03 Nov 2018. Actualizado a las 05:00 h.

El sábado nos preguntábamos si las pequeñas muestras de cambio en la forma de atacar que los vigueses mostraron ante el Eibar tendrían continuidad. Y por lo visto el jueves ese proceso ha dado un paso más. La salida de balón conservadora del Celta optando mayormente por el juego directo de anteriores partidos se convirtió en una apuesta, incluso arriesgada en algunos momentos, en la que la fase de elaboración del juego volvió a ser protagonista. Los cambios del descanso reforzaron la idea de un equipo que salió decidido a por la victoria. La lesión de Lobotka pudo restar al Celta la opción de cerrar un partido que finalmente acabó empatando pero que dejó mejores sensaciones que la última goleada obtenida.

1. En positivo

La banda derecha. Lo más positivo fue «descubrir» a dos jugadores que se ganaron el derecho deportivo a competir. Kevin dio sensación de seguridad. Creció a medida que avanzaba el partido apoyándose en las primeras acciones defensivas de las que salió airoso. Incluso en la segunda parte, sin la ayuda de su compañero tocado, compitió y no fue desbordado. Hjulsager probablemente no tiene el desborde del resto de compañeros de línea, pero demostró que puede aportar otras cosas al juego colectivo. Defensivamente no se descolgó y ayudó a su lateral taponando uno de los puntos fuertes de la Real. En ataque participó manteniéndose en amplitud y generó una ocasión muy clara de gol.

2. Claves

El Celta apostó por el cambio. El rival cumplió el guion y se plantó en terreno celeste para forzar el juego en largo. Pero esta vez el conjunto Celta abrió a los centrales e incrustó entre ellos mayormente a Okay, avanzando más a los laterales. El nexo entre líneas llegó de la mano de Lobotka, que buscaba la caída de Aspas a los lados del pivote, la movilidad de Pione o la amplitud de Hjulsager. Esto permitió al Celta, además de llegar con más efectivos a la fase de finalización, tener más efectivos en campo rival para la presión tras perdida que en ciertas fases intentó.

3. Aspectos defensivos

Compromiso colectivo. La movilidad es positiva si están trabajadas las transiciones defensivas, contrarrestando de ese modo el desorden ofensivo. Apostar por jugadores de desborde es positivo si se les implica en el trabajo defensivo y se les conciencia de la importancia de las ayudas y vigilancias en tareas defensivas. Es necesario que se interiorice que el camino para mejorar defensivamente se basa en el trabajo y en el compromiso colectivo. La clave, encontrar el equilibrio.


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