Wass, un regreso entre dudas

Daniel Wass (Dinamarca, 1989) vuelve este sábado a Vigo como futbolista del Valencia apenas medio año después de su marcha. Llegó a Galicia en el verano del 2015 procedente del Évian francés como un último servicio al Celta de Michael Krohn-Dehli, que había recomendado a ambas partes unir sus caminos como había hecho el también danés al vestirse de celeste tres años antes. Y transcurridos otros tres años, Wass se fue del equipo vigués el pasado verano de un modo similar: sin haber llegado nunca a un acuerdo de renovación que el club intentó sin éxito.

En el caso de Daniel, le quedaba un año de contrato por delante, pero una despedida a través de Instagram de su mujer dando las gracias a las profesoras de sus hijas fue la confirmación oficiosa a final del curso pasado del adiós del danés. No se oficializaría hasta principios de julio, cuando el Valencia pagó seis millones por hacerse con sus servicios después de que por momentos una operación que se daba por hecha desde mucho antes pareciera enquistarse.

Wass, sin embargo, nunca llegó a despedirse de la que fue su afición ni siquiera a través de las redes sociales. Eso, unido la sensación de muchos aficionados de que en realidad en su ánimo nunca estuvo continuar en Vigo -«todo puede pasar», se cansó de repetir cada vez que se le preguntaba al respecto-, hacen que a día de hoy sea una figura discutida que no tiene el aplauso garantizado en su regreso a Balaídos. Será la segunda vez que se mida al Celta, pero la primera en el municipal vigués.

La relación de Wass con el club tampoco pareció acabar de la mejor manera, según se desprendía de las palabras de Mouriño en un desayuno informativo en junio pasado. «Tiene un año de contrato. Si se queda, bien, y si se va, también. Lo que sí hemos decidido, rotundamente, es no renovarle», aseveraba. Pocos meses antes, había cambiado de agencia para pasar a ser representado por Stellar Group, con la que el Celta rompió relaciones tiempo atrás y que también lleva a Maxi.

El sueño fugaz de la Champions

Tanto antes como después de dejar el Celta, Wass comentó que su sueño era jugar la Champions. Llegó a decir que las semifinales europeas que disputó con el equipo entonces dirigido por Berizzo le habían dado hambre de más competición continental. Con el Valencia, que jugó al despiste con el interés en el jugador antes de hacerlo oficial, cumplía esa expectativa, aunque no duró mucho. Su equipo no pasó de la fase de grupos y él intervino en un total de tres partidos.

En lo colectivo, en Liga tampoco está siendo la temporada soñada para el conjunto che, que llega a Balaídos con dos puntos más que el Celta. Sin embargo, el excéltico ha mantenido casi intacto el protagonismo del que gozaba en Vigo, donde lo jugaba prácticamente todo, y ha participado en 21 partidos, 19 como titular, siendo un fijo para Marcelino. Además, está siendo el «chico para todo» del técnico, que en ocasiones le utiliza como lateral, como también había ocurrido de manera puntual en Vigo.

El último ejemplo en el que Marcelino optó por él en esa posición fue en el partido de Copa en el que lograron el pase a cuartos a costa del Sporting, pero el técnico del Valencia ha comentado en más de una ocasión que le parece «una alternativa muy firme» para esa demarcación. Ya en el mes de noviembre la lesión de Piccini y las dudas en el cuerpo técnico por el rendimiento de Rubén Vezo habían hecho que se le encomendara ese rol. En Valencia le tienen por un futbolista que suma allá donde le sitúen y Marcelino ya argumentó en su día que «vino al Valencia por su polivalencia». Ya ha jugado de mediocentro, extremo izquierdo y derecho y lateral.

«El Celta tiene mucho espacio en mi corazón», dijo Wass antes del encuentro de ida en el único guiño que ha hecho al club desde su salida. Ahora queda por ver cuál es el veredicto de Balaídos para un jugador en su día muy querido y valorado por la afición viguesa pero que no se fue de la mejor manera después de haber defendido la camiseta del Celta en 136 ocasiones y haber marcado 14 goles.