Señor presidente

«Señor Mouriño: el Celta está al borde del descenso y ofrece un juego lastimoso. ¿Hasta cuándo tendremos que soportar esta situación? ¡Seguimos esperando su respuesta!». Así serían los anuncios que Abel Caballero debería comenzar a publicar en los periódicos a toda página. Ya que Carlos Mouriño quiere gobernar la ciudad, en justa correspondencia, el alcalde de Vigo debería pedir explicaciones por el juego del equipo, los fichajes, la intensidad de los entrenamientos, la elección del entrenador y el diseño de la plantilla. Si el presidente céltico quiere ser concejal de urbanismo, ¿por qué el regidor no va ejercer de director deportivo o, incluso, decidir el once de los partidos? Incluso podría recuperar a jugadores como Emre Mor, que tiene pocas luces. Y a Caballero le sobran.

«Señor Mouriño: ¿Cómo es posible que el Celta no tenga centrales disponibles y se deje marchar a Junior Alonso? ¿Por qué hace aguas la defensa? ¿Por qué no se fichó a un jugador ofensivo de banda derecha? ¿Cómo no se dio salida a cinco futbolistas con los que no se contaba? ¿Por qué se fichó a Toni Mohamed para echarlo a las primeras de cambio? ¡Seguimos esperando su respuesta!».

Es seguro que estas edificantes cartas, publicadas a toda plana en la prensa, darían relieve al espectáculo mediático de Carlos Mouriño, que hasta ahora, al no encontrar respuesta, peca de monólogo aburrido. Porque resulta poco creíble que el Celta juegue mal porque, en lugar de un central, le falte un centro comercial. Eso sí, construido en terrenos forestales recalificados a precio de saldo. Que es de lo que trata. No del deporte de la pelota, sino del pelotazo.