Tan intocable como discutido
Grada de Río
David Juncà, que ya jugó más partidos en el Celta que con el Eibar el curso pasado, regresa a Ipurua
01 Mar 2019. Actualizado a las 05:00 h.
David Juncà (Girona, 1993) vive una situación peculiar en el Celta. El lateral izquierda se ha convertido en un fijo con 18 partidos disputados, tres más que toda la temporada pasada en el Eibar, su equipo de procedencia, pero jornada tras jornada siempre es el jugador más discutido del conjunto vigués.
Con Cardoso Juncà es titularísimo. Desde la llegada del entrenador portugués solo faltó en el encuentro del Camp Nou para cumplir el ciclo de cinco tarjetas. Desde entonces, solo se ha perdido ocho minutos de Liga en la cita con el Getafe. Todo lo demás han sido partidos completos.
La confianza ciega del portugués en el catalán no encuentra sustento en sus números dentro del campo. Juncà ha demostrado su tendencia a ser un lateral ofensivo, que tiene su mejor virtud en el centro (lleva tres asistencias) pero que a cambio deja espacios a la espalda, de hecho la mayoría de los rivales atacan más al Celta por ese costado.
Como el resto del equipo, da la impresión que Juncà está más cómodo y más arropado en la defensa de cinco, con un central como Hoedt que le cubra la posición cuando decide irse arriba, algo que hace con asiduidad. Con la defensa de cuatro los problemas a la espalda del catalán se hacen más evidentes.
Juncà fue el primer fichaje del Celta para la temporada en curso ya que su acercamiento al conjunto vigués trascendió en el mes de abril. Para entonces, su presencia en el Eibar de Mendilibar había menguado de un modo notorio, pasando de los 31 partidos de la 15/16 a los 15 de la pasada, diez de ellos como titular. Al final de curso el lateral se despidió con un «toca cerrar la temporada y a la vez una etapa de 3 años en el Eibar. Agradecer a todos mis compañeros durante estos tres años, a la afición por estar con nosotros siempre y al club por apostar por mí para jugar en LaLiga. ¡Hasta siempre, armeros!». Acabó firmando con el cuadro vigués por cinco temporadas.
El cambio, a nivel personal, no le ha salido nada mal al futbolista formado en la cantera del Girona. Después de dos años sin apenas protagonismo, lo está jugando casi todo en el Celta, aunque por contra pasó de vivir una situación colectiva ilusionante (con el Eibar luchando por Europa) a verse con el descenso en los talones.
Juncà es uno de los numerosos jugadores que se acogen al silencio perpetuo en el Celta.