La destitución del Getafe, borrón en una trayectoria de éxito
Grada de Río
Sus primeros años en Elche y Villarreal resultaron exitosos
24 May 2019. Actualizado a las 05:00 h.
Escribá suele sacar adelante con nota su primer año completo en sus equipos. Desde que comenzó su trayectoria en el fútbol profesional, el técnico del Celta firmó un arranque fantástico en el Elche, con ascenso a Primera incluido, y lo mismo hizo en su primer curso en el Villarreal, al que metió en Europa League. Tan solo su temporada, que no llegó a acabar, en el Getafe, resulta un pequeño borrón en su expediente.
La aventura de Fran Escribá en los banquillos comenzó como un tiro. En la temporada 12/13 el Elche acabó con 82 puntos, cinco más que el Villarreal, y ascendió a Primera como campeón después de ganar 23 partidos y perder solo siete en la interminable división de plata.
Pero el valenciano prolongó el milagro ilicitano dos años más en la élite hasta que llegó un descenso administrativo. En su debut en Primera salvó al equipo con 40 puntos, rentabilizando mejor que nadie los 14 empates y 9 victorias sumadas, A la temporada siguiente mantuvo la misma hoja de ruta y volvió a salvar al Elche con 41 puntos, pero los despachos de la LFP decidieron enviarlo a Segunda y ocuparon la plaza de descenso que en el campo había condenado al Eibar.
Su volver a empezar fue en Getafe, en un año difícil para los azulones que le costó el despido después de 32 partidos. Lo dejó con 28 puntos en la penúltima plaza y así terminó por descenderlo Juan Eduardo Esnáider, que en seis partidos sumó ocho puntos.
Su tercer proyecto, temporada 16/17, fue el Villarreal, y su debut no pudo ser más afortunado. El valenciano sucedió a Marcelino García Toral en plena pretemporada y bajo su batuta el submarino acabó quinto con 67 puntos después de ganar 19 partidos. Los amarillos estuvieron en puestos europeos a lo largo de toda la segunda vuelta.
El segundo año en El Madrigal acabó de un modo prematuro ya que tan solo duró seis partidos. Fue destituido con siete puntos (dos victorias, un empate y tres derrotas) con el equipo en mitad de la tabla. Calleja sería su sustituto.
Desde entonces, estuvo más de un año parado hasta que aceptó el reto de salvar al Celta, y como recompensa, ahora le toca liderar un proyecto desde el principio. Para continuar la tradición.