Un curso de vicisitudes para el Celta B salvado «in extremis» en el «play out»
Grada de Río
El equipo vigués necesitó de la promoción para sellar su continuidad en Segunda B
04 Jun 2019. Actualizado a las 05:00 h.
El Celta B ha sobrevivido a un curso lleno de contratiempos que le condujeron al play out por la permanencia en la categoría. Un año después de disputar el play off por el ascenso, con el mismo entrenador aunque con bastantes cambios en la plantilla, el filial casi se ve abocado al abismo. Fruto de una temporada irregular y en el que las bajas fueron una constante.
Bajas
Un sinfín de lesiones, sanciones y contratiempos
No haber pasado por el parte médico del Celta B este curso es un lujo al alcance de muy pocos de sus futbolistas. Hasta 14 se tuvieron que perder al menos un partido por problemas físicos y la mayoría de esas lesiones se prolongaron durante varias semanas. En el caso de Manolito Apeh, fueron varios meses fuera y con riesgo de no poder volver a jugar. Los que no estuvieron parados por alguna dolencia lo estuvieron en su mayoría por sanción, con Iban Salvador que se lleva la palma con tres ciclos de amarillas. Si a estos factores se les suman las selecciones, motivo de que Iván Villar faltara en un partido, ningún jugador con ficha del filial estuvo disponible en todos los partidos. El que más cerca se quedó fue Juan Ros, baja por sanción en la penúltima jornada habiendo completado los 90 minutos en todos los demás duelos menos uno.
Falta de gol
El obstáculo de quedarse sin delantero
La baja de Manolito Apeh, aparte de ser un factor de preocupación en el vestuario, tuvo sobre el verde la consecuencia de dejar al equipo sin delantero. Con Dennis Eckert primero prácticamente integrado en el primer equipo y luego cedido, y el nigeriano lesionado, hacer gol parecía por momentos tarea imposible para los de Rubén Albés. Llegaron a encadenar dos rachas de tres partidos sin marcar y Manolito, con nueve tantos, termina como el segundo máximo goleador por detrás de Iban Salvador (10, cuatro desde el punto de penalti). Les siguen Pastrana y Serrano, con cinco cada uno, y Bermejo, con cuatro.
Defensa
Una zaga cambiante
Albés parecía tener una apuesta fija para la zaga en las primeras jornadas de liga que, sin embargo, tuvo que ir variando por las circunstancias. Terminó la temporada jugando con Diego Alende (central) en el lateral izquierdo y Carreira en el derecho. El juvenil, aunque en teoría pertenecía al B, volvió al filial ante la falta de protagonismo en el segundo equipo celeste (no debutó hasta la jornada 14) y acabó siendo titular en la recta final de Liga y convirtiéndose en la gran revelación de un curso en el que debutaron otros cinco juveniles. Costa sufrió una lesión de larga duración, Pampín también arrastró problemas físicos que le mantuvieron fuera y Mangana se perdió varias semanas por estar con la selección y tuvo un protagonismo testimonial este año. Farrando encadenó tramos con muchos minutos con otros sin jugar.
Rachas
Una temporada marcada por la irregularidad
El Celta B ganó cuatro de sus primeros partidos en rachas de dos y dos con una derrota por el medio. Entre las jornadas 4 y 5 y la s 33 y 34, el equipo no fue capaz de encadenar dos triunfos seguidos y llegó a estar diez jornadas sin ganar. Pese a todo, solo había ocupado la plaza de play out en una jornada a lo largo de toda la temporada, en la fecha 20, antes de terminar la Liga en ese lugar. El equipo nunca ocupó posición de descenso.
Nombres propios
Las irrupciones de Bermejo y Carrera
Además de Manolito y Salvador como máximos goleadores, destacaron en la segunda vuelta los nombres propios del juvenil Carreira, asentado en el lateral derecho, y de Sergio Bermejo, fichado en el mercado de invierno e indiscutible para Albés a un gran nivel. Él fue quien sirvió en bandeja el gol a Apeh en El Collao tras una gran jugada personal. Por el contrario, Rai estaba llamado a ser un pilar del equipo y estuvo intermitente.