Con el balón a todas partes
Grada de Río
El protagonismo del esférico y las ausencias marcaron la sesión de trabajo en A Madroa
26 Jul 2019. Actualizado a las 05:00 h.
Al Celta 2019/2020 se le ha podido ver muy poco hasta ahora, pero siempre que los célticos han entrenado a puerta abierta este verano ha habido un factor común: el protagonismo del balón. Sucedió ya en el primer día de pretemporada y se repitió en Portonovo. Ayer, en la única sesión con público de la semana, más de lo mismo.
La omnipresencia del esférico y varias ausencias fueron las notas más destacadas de ayer en A Madroa. Porque ninguno de los futbolistas lesionados saltó al césped y no fueron los únicos. Aunque Okay estaba entrenando parcialmente con el grupo y con limitaciones, en la matinal de ayer no se le pudo ver junto a sus compañeros, como tampoco a Hugo Mallo ni a Rubén Blanco, que siguen sus procesos de recuperación por un edema en el recto con rotura fibrilar y un esguince en el ligamento lateral interno de rodilla, respectivamente.
A estas ausencias se sumaron las de Juan Hernández y Jozabed Sánchez. El lorquino, que no jugó frente al Lugo en el que podría recalar, estuvo trabajando en el gimnasio como parte de su plan específico, mientras que el andaluz tenía permiso del club por motivos personales. Además, Santi Mina y David Juncà terminaron antes el trabajo con el grupo y se ejercitaron al margen durante unos minutos debido a que siguen también planes personalizados.
El equipo saltó puntual al campo de entrenamiento donde habitualmente se ejercita el Celta B, y allí esperaban ya los aficionados más madrugadores, a los que con el paso de los minutos se irían incorporando más celtistas. Tras una breve charla de Fran Escribá, unos segundos de carrera y un primer acercamiento al balón con ejercicios individuales, se pusieron enseguida manos a la obra.
Con los porteros realizando trabajo específico, el técnico del Celta dividió a los futbolistas que tenía a su disposición en dos equipos. Uno de ellos estuvo conformado por Sergio Carreira, Roncaglia, Jorge Sáenz, Olaza, Beltrán, Iker Losada, Sergio Bermejo, Denis Suárez, Claudio Beauvue, Pione Sisto y Santi Mina, mientras que el otro lo compusieron Kevin, David Costas, Juan Ros, David Juncà, Dani Molina, Lobotka, Brais Méndez, Lauti, Emre Mor, el Toro Fernández y Iago Aspas.
A continuación, y ya más lejos del público que pese a todo aguantó hasta el final, Escribá dividió a sus jugadores en cuatro grupos con petos de diferentes colores para seguir trabajando la posesión. Fue en esa parte donde Fran Beltrán dio un pequeño susto, pero pudo continuar sin problemas. «¡Pero eso es penalti, chaval!», se le oía bromear a Aspas, competitivo hasta en los entrenamientos, con David Costas.
El inicio del entrenamiento tuvo como espectador de excepción al entrenador del Celta B, Jacobo Montes, mientras que los últimos coletazos fueron seguidos por algunos de sus jugadores. Futbolistas como Alberto Solís, Manu Farrando, el retornado Zinedine Labyad -de nuevo en A Madroa tras desaparecer unilateralmente la pasada campaña- o el recién llegado Cissé se detuvieron en las escaleras que dan acceso a los campos de la zona alta para echar un vistazo a sus compañeros.
Finalizada la sesión, Iago Aspas fue el más solicitado junto con Denis Suárez y ambos se detuvieron un buen rato a atender a los seguidores. Entre ellos, en brazos de su madre, el pequeño Iago, bebé de un mes bautizado así por Aspas y socio desde que nació que ayer tuvo la oportunidad de fotografiarse por primera vez con los que están llamados a ser sus ídolos.
«¡No os metáis en el campo que me echan a mí la bronca!», decía Iago entre risas y haciendo gala de una paciencia infinita para contentar a los muchos seguidores que querían una foto con él. También Sergio Álvarez y Brais Méndez se prestaron a fotografiarse con todo aquel que se lo pedía, e incluso Emre Mor estuvo entre los solicitados por el celtismo.