La guerra de la reforma de Balaídos
Grada de Río
El cruce de acusaciones entre Celta y Concello marca una obra que debía haber finalizado en el 2017 y cuyo coste superará los 30 millones presupuestados
07 Mar 2020. Actualizado a las 16:20 h.
La reforma de Balaídos se ha convertido en una guerra entre el Celta y el Concello de Vigo. Una instalación convertida en un foco de acusaciones que no hace más que acumular retrasos (debía estar finalizada en el verano del 2017) y sobrecostes sobre la cantidad inicial presupuestada de 30 millones.
Plazos
Casi tres años de retraso y la reforma de los fondos sin comenzar
El Celta y Concello de Vigo firmaron el convenio de reforma de Balaídos el 28 de enero del 2015. En el documento se recogía que la obra debería estar finalizada en el mes de agosto del año 2017. Desde entonces han pasado dos años y medio y tan solo está finalizada la grada de Tribuna. En Río está pendiente la colocación de los asientos en la zona más incómoda para los espectadores (por no caber de un modo literal) y todavía no han comenzado las obras en ninguno de los dos fondos. El Celta, que cumple 100 años en el 2023, teme que las obras no estén finalizadas para entonces.
Sobrecostes
Una inversión inicial de 30 millones que se disparará
No hay cifras definitivas de cuánto costará la reforma de Balaídos, pero no hay duda de que irá por encima de los 30 millones previstos en el momento de firmar el convenio. Entonces el Concello y la Diputación de Pontevedra se comprometían a aportar 14 millones cada uno y el Celta dos. Pero en el 2018 los dos organismos públicos se atribuían un gasto de 14,5 millones en base a este reparto: 6,2 para Río, 5,6 Tribuna y 1,2 para el proyecto de Gol y Marcador, además de los 1,5 de los pabellones interiores de Río. El Celta, por su parte, indicó en su día que se había gastado 6,1 millones en la reforma, cantidad que el alcalde rebajó a 913.000 euros por la grada de Tribuna.
Los asientos
Un año de incomodidades en la grada de Río
La polémica del principio de temporada fueron los asientos de una zona de la grada de Río Bajo. En concreto el espacio entre butacas en una zona determinada (Caballero habló de 300 asientos y Mouriño de 1.770) con localidades en donde no cabían de un modo literal los espectadores. La solución anunciada por el Concello es eliminar una de cada cinco filas en las zonas afectadas para disponer de más espacio, pero la obra se llevará a cabo a final de temporada.
La lluvia
Entró en Tribuna tras la reforma y el Celta dice que se repetirá en Marcador
La lluvia es otro elemento de discordia desde el principio. El Celta denunció en su día que el agua entraba en la grada de Tribuna, indicando el Concello que eso dejaría de suceder cuando el estadio estuviese cerrado del todo. Ahora el club sostiene que el diseño de la cubierta de la grada pendiente de Marcador no cuenta con una protección para la lluvia y que la práctica totalidad de la grada se mojará.
Conexión entre gradas
No estarán alineadas una vez finalizada la reforma
La última denuncia del club es que las gradas serán completamente diferentes, con diferentes alturas, asimétricas y no estarán alineadas, lo que además de presentar lo que tildan de «propuesta estética nefasta», supone también un problema de movilidad, accesos y evacuación entre gradas. Para hablar de los aspectos técnicos Caballero anunció una comparecencia de los técnicos.