La resaca de las buenas rachas
Grada de Río
Pasar página y pensar en el Betis, fundamental
02 Jul 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Los entrenadores tratamos las buenas rachas sobre todo con prudencia y, por qué no decirlo, con algo de temor y más aún cuando te enfrentas a un partido en el que te juegas cosas importantes, pero tu rival se juega aún más. Las buenas rachas dejan resaca y como efecto más palpable de esta resaca es que pueden desbordar la autoconfianza y caer en el exceso de confianza. Es un fenómeno natural, sobre todo después de encadenar una serie de resultados positivos que se trata de atajar y prevenir, pero a veces te sale el partido que te salió en Mallorca.
El fútbol es acierto, pero no sería objetivo sostener que todo lo que sucedió, sucedió porque sí. Ni tampoco sería lógico ampararse en los errores iniciales del árbitro para justificar el mal partido de los vigueses. El Celta fue poco a poco saliendo de un partido en el que adoleció sobre todo de intensidad defensiva y en el que, además, a cada intento de reacción se encontraron con la efectividad del rival. Aspas nos dio tres minutos de esperanza antes de que el partido se convirtiese en un trámite cuyo único interés para los vigueses era cerrarlo con un marcador digno. Se esperaba más.
Pero el partido no solo nos dejó sin puntos. Los efectos colaterales de esta jornada nos dejan con baja de Denis Suárez. Una posición, la del futbolista de Salceda, en donde Óscar García tiene más alternativa, pero es una lástima, porque probablemente no recuperemos en este final de liga a un jugador que estaba creciendo con el paso de los partidos. En definitiva, lo que pasó era algo que podía pasar, una de las opciones. Ganar y salvarse sonaba demasiado bien para un irregular año arreglado con la mejora evidenciada en los últimos partidos.
Así que la misión celeste debe centrarse en convertir el partido de Mallorca en un accidente deportivo y seguir trasladando al juego la mejoría y el crecimiento experimentado desde la llegada de Óscar García Junyent, eso no se debe ni se puede olvidar. Ahora hay que pensar en el hoy y el hoy es el Betis.