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Balaídos, la única reforma que no avanza en tiempos de pandemia

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Levante, Osasuna y Real Madrid siguen adelante con sus remodelaciones

21 Oct 2020. Actualizado a las 05:00 h.

El Celta visitará la próxima jornada al Levante y lo hará en El Madrigal, el campo del Villarreal, ya que el Ciutat de València está en obras y el conjunto levantinista ha aprovechado toda la pandemia para acelerar la reforma de su estadio. Mientras, en Vigo, en los siete meses que han transcurrido sin público en los recintos deportivos, todo está parado en Balaídos, con los dos fondos sin derribar y con una licitación pendiente de concreción.

Una realidad que no solo choca con la del rival de turno, sino también con las de Osasuna y Real Madrid. Cada uno a su manera, aceleran los plazos para estar preparados para cuando el público pueda volver a las gradas, Cuando eso suceda en Vigo, en el mejor de los casos, estarán comenzando las obras de la grada de Marcador, la próxima en someterse a una remodelación que ya dura seis años y que ha provocado una profunda división entre el Celta y el Concello.

Los ejemplos en paralelo reúnen similitudes y diferencias con la reforma del estadio vigués. Quizás Osasuna sea el caso más parecido, ya que El Sadar, igual que Balaídos, es de propiedad institucional. El estadio pamplonica pertenece al gobierno navarro, que intervino como salvavidas del club. El recinto vigués es de titularidad municipal.

En su día, antes de que estallase la guerra, el Celta se ofreció a costear el importe de la reforma, algo que ya hace Osasuna en El Sadar, aunque con el aval de la Comunidad Foral por importe de los 16 millones presupuestados.

En Vigo, desde el Concello, se repitió en varias ocasiones que el problema para poner la obra en marcha en esta época eran los plazos de la licitación, una situación que no se dio en Pamplona, ya que la obra no sufrió parones.

El caso del Levante parte de la titularidad del recinto, que en más de una ocasión estuvo a punto de ser moneda de cambio para salvar a un club que también vivió un proceso concursal, pero la dirección granota logró mantener la propiedad del estadio y ese patrimonio ha sido clave para que la entidad idease la obra y la financiación del Ciutat de València. El Celta se queja de que no pudo hacer la transformación deseada de Balaídos y que todas las decisiones parten de Praza do Rei, sin tener en cuenta sus iniciativas.

La reforma del Santiago Bernabéu es otra historia. El Real Madrid es propietario de la instalación y también fue el encargado de gestionar una financiación que puede elevar los costes por encima de los 700 millones, pero en todo momento encontró el plácet del gobierno local. La remodelada casa blanca debe estar terminada en el 2022. ¿Lo estará para entonces Balaídos?

Ciutat de València, un campo propiedad del Levante en fase final de remodelación

Las previsiones decían que el Levante estrenaría su nuevo campo ante el Celta, algo que no será posible aunque la reforma está en su última fase.

El Ciutat de València es un estadio propiedad del club y la financiación de la obra corre a cargo de la entidad granota. La reforma asciende a 30 millones de euros (16,5 en la primera fase) y coincide en el tiempo con la construcción de una nueva ciudad deportiva. Desde que comenzó la pandemia, las obras no se han detenido (solo los 15 días del parón total de la actividad) y el Levante no pisó el estadio durante este tiempo. Cuando volvió el fútbol se marchó a disputar sus partidos como local a la localidad alicantina de La Nucía y esta temporada está de inquilino en el campo del Villarreal.

Como resultado, el remodelado recinto, con una cubierta que cubre todo el estadio (antes solo un frontal), con nuevos palcos y con una fachada de lo más dinámica ya casi está preparada para el disfrute de los aficionados levantinistas. El club espera sacar unos cuatro millones extras de ingresos.

Osasuna paga los 16 millones de la reforma de El Sadar, de propiedad del gobierno de Navarra

Osasuna quería estrenar su remodelado recinto de El Sadar el sábado coincidiendo con el centenario del club navarro, pero finalmente la entrega de la obra quedará para el mes de noviembre. A diferencia del Levante y el Real Madrid, los rojillos nunca han dejado de jugar en su estadio en obras, pero los trabajos tampoco se han detenido por la pandemia.

El Sadar es un recinto que pertenece a la Comunidad Foral de Navarra pero que gestiona el equipo de fútbol, que en este caso también costea, con el aval del gobierno autonómico, los 16 millones a los que asciende una reforma en donde la principal inversión y novedad es la nueva cubierta que consigue que sea un estadio muy recogido, hasta el punto que está 100 % libre de viento.

Como club de fútbol al uso (no es SAD), Osasuna sometió a votación entre sus socios los cinco proyectos que se presentaron al concurso, que eligieron uno que pretende transmitir el carácter de muro que debe ser El Sadar para los rivales. El proyecto apuesta por un gran zócalo.

Una cubierta retráctil, la gran joya de una obra de 525 millones en el Santiago Bernabéu

La crisis del coronavirus tampoco ha detenido el avance de la faraónica reforma del Santiago Bernabéu cuyo coste, que asume el Real Madrid, asciende a 525 millones y que han sido financiados por la entidad. El techo retráctil, que permitirá cubrir el terreno de juego en caso de lluvia, es la principal seña de identidad de una remodelación que recibió la bendición del anterior equipo de gobierno del ayuntamiento de Madrid siendo alcaldesa Manuela Carmena. Entre el gasto destacan los 100 millones destinados a tecnología.

Al igual que el Levante, el Real Madrid no volvió a pisar su campo desde que comenzó la pandemia. Cuando volvió la competición se mudó a su ciudad deportiva de Valdebebas, en donde sigue jugando a día de hoy. Durante este tiempo, las obras del coliseo blanco solo se detuvieron los quince días en donde se cesó toda actividad a nivel estatal.

Por lo demás, la reforma, de gran complicación, continua cumpliendo plazos para estar finalizado en el 2022.

 


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