Hugo Sotelo, el niño que sintió pasión por el balón desde el primer día
Grada de Río
El vigués, uno de los nombres propios del Celta juvenil que este domingo se enfrenta al Deportivo, ya debutó con el primer equipo
15 Jan 2022. Actualizado a las 16:30 h.
Lo de Hugo Sotelo Gómez (Vigo, 2003) con el fútbol es pasión. Desde muy pequeño, prefería ver jugar a la pelota en un parque que subirse a un columpio y, cuando tenía dos años y medio, su madre tuvo que ingeniárselas para encontrar un equipo que le acogiese (fue el Sárdoma). Desde los ocho, forma parte del Celta, club con el que ya debutó en el primer equipo en la máxima categoría. Mañana, puede ser uno de los grandes protagonistas del derbi de Copa del Rey.
«Fue un niño que siempre tuvo pasión por la pelota, y hablo de cuando tenía un año. Donde había una pelota, siempre andaba Hugo mirando. Este niño nació con un balón entre las piernas», comenta su madre, Fátima, que ahora ve a su hijo cumplir el sueño de ser profesional en el equipo de su ciudad y de su vida.
Hugo Sotelo, mediocentro de profesión pero jugador polivalente por ser de lo más completo, vivió sus primeros años en As Relfas, pero en su última etapa no jugaba —«decisión de club», le argumentaron a su progenitora— y el Celta ya había puesto su radar sobre aquel chico. Desde los ocho años, viste de celeste y en el alevín coincidió con David Vilán, que ahora juega en el juvenil A del Atlético de Madrid. «Para mí es el mejor futbolista con el que he jugado en el mismo equipo. Jugar con él era fácil, cuando quería ganar un partido, lo ganaba él solo», comenta el soutomaiorense, que recuerda aquellos inicios en un equipo en el que estaban Damián Rodríguez, Miguel Rodríguez y Hugo Sotelo, que para Vilán era el señalado: «Siempre tuve claro que iba a llegar. Siempre fue importante en su equipo, un jugador diferente que destacaba».
Porque quienes le conocen hablan de Hugo como un futbolista muy completo, con buen juego de pies, buen golpeo de balón y con llegada. «Tiene gol, le gusta llegar a la frontal del área y golpear», añade Vilán sobre su extenso catálogo balompédico. Hugo jugó de lateral, pero sobre todo, habitó en el pasillo central, ya fuera por delante de la defensa o asomándose hasta la media punta.
Repertorio y condiciones que en absoluto han pasado desapercibidas para Eduardo Coudet, que lo hizo debutar en el penúltimo partido de la temporada pasada en Primera en el Camp Nou, en el último encuentro de Messi en la liga española. «El día que debutó no fui capaz de llamarle de la emoción. Siempre tuvo claro desde pequeño que quería ser jugador y estaba cumpliendo su sueño», relata su madre, Fátima, de aquel momento.
Luego llegó la pretemporada en Marbella, el trabajo diario con el primer equipo y otro minuto ante el Espanyol en el último partido del 2021. Todo, compaginando siempre con el equipo juvenil, al que está adscrito y con el que ha marcado dos goles esta campaña. «Es un sueño para todos debutar en Primera División, además en tu equipo, en el que llevas todo la vida. Es algo que ni te imaginas», pone de relieve David Vilán.
Con buenas notas como estudiante, esta temporada por primera vez el vigués ha querido centrase en el fútbol. «Si quieres ser profesional tienes que poner toda la carne en el asador», dice Fátima Sotelo, su madre. Por eso se dedica al fútbol en cuerpo y alma, añadiendo a su trabajo diario un preparador personal para reforzar el trabajo que hace en el Celta. De paso, aprende inglés y se saca el carné de conducir.
En lo que no ha cambiado Hugo Sotelo es a nivel personal. Continúa siendo el chico tranquilo de siempre —«a veces, de más»— y llega a casa después de un partido igual que quien ha salido un domingo con sus amigos. En el vestuario, con sus compañeros, «le va la coña. Te lo pasas superbién con él. Es muy buen compañero», desvela David Vilán.
Tuvo una oferta de Inglaterra
Hace tres años, un equipo del fútbol inglés llamó a su puerta, pero tanto Hugo como Fátima querían que se quedase en el Celta y rechazaron la oferta. Igual que hicieron la primera vez que el club le propuso un contrato profesional cuando cursaba tercero de ESO. «Prefiero formar a la persona que al jugador», dijo su madre entonces. Ahora, con la mayoría de edad alcanzada, ya han firmado para vincular su futuro al del Celta.