Un intercambio celeste a prueba de kilómetros
Grada de Río
Noa Soliño, celtista en Japón
Una celtista hace posible que la bufanda de la peña japonesa, Afouteza Nipón, llegue a Santiago y la de Merlegos Celestes, a Tokio
23 Nov 2023. Actualizado a las 05:00 h.
La bufanda de Merlegos Celestes llegó hace unos días a Japón y la de la agrupación celtista desde país, Afouteza Nipón, estará pronto en la sede de la peña compostelana acompañada por algunos detalles de recuerdo típicos de allí. Un intercambio propiciado por los presidentes de ambas, Miguel Barja y Shimpei Shimada, y por una enviada especial, Noa Soliño, celtista de Vilagarcía de Arousa de 35 años que pasó unas vacaciones en ese país.
Barja colecciona bufandas y cuando vio por redes la del colectivo nipón, contactó con Shimpei para ver cómo hacerse con ella. «Escribín unha mensaxe directa e nuns días contestoume», señala. Pero le decía que era complicado enviarlas, muy caro y complejo por las aduanas. «De alí a uns días, enterouse que viaxaba alá unha celtista, que aínda non tiña data pechada para ir, pero que me avisaba. E así foi», cuenta.
La chica en cuestión se marchaba de forma inminente. Con la suerte de que tiene un hermano que vive en Santiago y que le pudo llevar la prenda de la peña de esa ciudad a Vilagarcía para posibilitar el intercambio. Era octubre y allá fue Noa con la bufanda, encontrándose con Shimpei y dejando constancia con imágenes no solo de esa reunión, sino de su manera de lucir los símbolos celestes y de Merlegos por otros rincones del país.
Noa, feliz de haber conocido al aficionado japonés, califica el encuentro como «random». Ella, vilagarciana residente en Barcelona -donde estudió y se quedó a residir, aunque sueña con volver a establecerse en su adorada Galicia- y amante de la cultura japonesa, iba por segunda vez de vacaciones al país nipón. «Mi hermano me dijo que tenía que llevar la camiseta, que, además, era el centenario, y yo tenía claro que por supuesto. Pero, aparte, bromeó con que tenía que mirar si había una peña allí», introduce sobre cómo a raíz de eso, encontró en redes a Afouteza Nipón y Shimpei la puso en contacto con Miguel.
Su cometido no era otro que llevar la bufanda de Merlegos, más la de Oliveira dos cen anos. «La del centenario ya la tenía Shimpei, flipante, bestial. Mi hermano se pasó por el bar a recoger la de Merlegos y me la trajo a Vilagarcía, donde estaba yo esos días con la familia», recuerda. A ella no le costaba nada y estuvo encantada de ayudar. Le emociona que haya gente como Shimada que vive el celtismo en la distancia y cree que eso demuestra la pasión que llega a despertar el club en gente entre la que también se incluye ella. «Soy celtista hasta la médula», proclama.
Lo gestionaron todo, creando un grupo de WhatsApp con los tres, se pusieron de acuerdo y llegó el encuentro y el intercambio. «Yo luzco orgullosa nuestros colores, pero cuando ves en Japón a Shimpei y dos amigos suyos con camisetas del club, me puse a llorar de la emoción. Hablamos del Celta, de Galicia, de España en general... », rememora. Ella iba con su pareja, también celtista, y durante su viaje se fotografiaron con las elásticas celestes en diferente sitios, incluido en el Kumano Kodo, camino hermanado con el de Santiago. «Lo hice por mi familia, por la salud de los míos y para mantener lo que tenemos y conseguimos con mucho esfuerzo, pero también por el Celta, que falta hace», apunta.
Y si a Noa le sorprendió el español perfecto que habla Shimpei, a Miguel le pasó lo contrario. «Eu cría que o resaponsable da peña sería un galego residente en Xapón e resulta que é xaponés», relata Miguel sobre la sorpresa que se llevó cuando entraron en contacto y conoció al detalle una historia que el propio protagonista compartió con La Voz en el 2020. Ahora, Shimada está invitado a pasar por el Merlego -sede de la peña- durante a su próxima estancia en Galicia, dentro de unos días, durante la cual acudirá a ver el partido contra el Cádiz del 4 de diciembre.
El aficionado japonés, al que sus amigos españoles conocen como Chema, estuvo estudiando en España en su época universitaria y pasó un tiempo en Vigo. No fue casual, sino que en el momento de llegar a la ciudad, ya tenía una simpatía por el Celta que comenzó por un gol de Alexander Mostovoi y que, eso sí, creció y se afianzó al vivir de primera mano el celtismo en la ciudad y en Balaídos. En julio del 2022 puso en marcha Afouteza Nipón, una peña para la que a distancia no es obstáculo y que tiene como integrante de menor edad a su hija de meses.