Tapia ejerce de ministro del tiempo para cambiar de aires como agente libre

Renato Tapia se ha convertido en un maestro de los tiempos. El peruano siempre se las ingenia para irse como agente libre. Lo hizo en el año después de la pandemia para cambiar el Feyenoord por el Celta y todo apunta a que lo hará ahora para dejar Vigo rumbo (probablemente) al Girona, club con el que ha sido relacionado en los últimos tiempos.

El mediocentro fue otro de los grandes protagonistas del pospartido del domingo y sus palabras hacia la grada de animación dejaban claro que sus días celestes estaban a punto de expirar. En su día, Marco Garcés proclamó su optimismo acerca de su renovación, pero pasaron los meses y, lejos de haber una aproximación, se fue separando cada vez más. De hecho, en las diez jornadas de Claudio Giráldez al frente del Celta, apenas jugó por mor de una lesión. En concreto, participó tres medias partes y solo fue titular en una ocasión.

Tapia se marcha con 110 partido como céltico a cuestas, con una primera temporada espectacular, con 2.700 minutos encima y siendo el jugador más determinante del equipo y con tres cursos de muchos altibajos, incluido el último, que comenzó ausente después de que no se concretase su salida al fútbol francés en verano, para remontar después hasta convertirse en pieza capital para Benítez y volver a un punto muerto en la recta final de la temporada. A su lado, a lo largo de estos cuatro años, creció un Fran Beltrán que ha terminado la temporada a su mejor nivel y que salvo sorpresa, será el mediocentro defensivo del próximo curso para Claudio Giráldez. La salida de Tapia no reportará beneficio económico alguno, pero tampoco coste al acabarse el contrato.

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