Paciência: «Si me quedo en el Celta, lucharé por un puesto, pero creo que se debería considerar mi salida»

El jugador del Celta Gonçalo Paciência, cedido esta temporada en el Bochum alemán, ha concedido una amplia entrevista a Zerozero en la que, entre otras cuestiones, habla de su futuro. Dice que le gusta el fútbol alemán pero que «liga española tampoco es un mal lugar». «Aún no hay nada decidido. Si empiezo en el Celta, lo haré con la mentalidad de luchar por un puesto. Pero creo que debería considerarse una salida», dice sin rodeos.

El delantero afirma que cuando ha hecho la pretemporada con el equipo con el que luego ha jugado, las cosas le han ido mejor, por eso ahora prioriza «hacer una buena pretemporada», sea o no en el Celta. Y se refiere a otras opciones que le seducen, pero sin concretar nada. «Si hay algo interesante en Alemania, me gustaría volver», comenta antes de añadir que también le gustaría «probar otras ligas, como la italiana». Es cuestión de sus agentes, zanja.

Pone al Celta «al mismo nivel» que la entidad donde ha estado a préstamo. «Son clubes más pequeños -que otros donde ha estado, como Eintracht y al Schalke-, quieren dar un salto, pero está tardando. El Celta es un club que tiene algo especial, pero necesita dar un salto en algunos aspectos», ahonda. Añade que es «cercano a la gente de Portugal» y que le tienen cariño. «Con la nueva dirección, habrá mayor cercanía con la afición», vaticina.

Preguntado por las diferencias entre el fútbol español y el alemán, plantea que el entorno es muy diferente. «En España, es complicado. Viví la realidad del Celta, que no es un club grande, no tiene el tamaño del FC Porto, el Eintracht o el Schalke. Y el ruido alrededor del club es enorme. Nunca había visto tanta gente comentando tantas cosas», sostiene. En Alemania «hay más respeto. Al jugador se le critica menos, hay más tolerancia. Hay casos y casos, pero hay más respeto. La gente va al fútbol porque le gusta el fútbol», compara.

También se muestra más cómodo con el carácter de los alemanes que con lo que se encontró en Galicia. «Dicen que los alemanes son muy cerrados, pero eso lo sentí más en España. Es un país con muchas oportunidades, en diversos ámbitos, y la gente se respeta unos a otros», señala.