La Voz de Galicia

Alfon, el atacante del crecimiento constante

Grada de Río

LA VOZ VIGO

El albaceteño, con participación en las tres últimas citas, con un gol y destacando en la Copa, se consolida en el Celta de la mano de Claudio y con trabajo en la sombra

11 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Alfon González (Albacete, 1999) no jugó ni un solo minuto en el primer partido de liga ante el Alavés en Balaídos. Ese día había quedado con personas cercanas para cenar, pero el futbolista del Celta terminó declinando la invitación con el único objetivo de estar en las mejores condiciones para hacer un buen entreno a la mañana siguiente. El dato, que no tendría mayor importancia en otro contexto, da fe de cómo el albaceteño se ha agarrado a la oportunidad de hacerse un sitio en la Primera División. Tres meses después de aquel plantón (bien entendido), el jugador ha crecido más que nadie a lo largo de la temporada, ha tenido minutos en los últimos tres partidos de liga, le marcó al Barça y firmó un excelente partido de Copa en Salamanca. Siempre que salta al campo, suma, aunque su discreto perfil se mantiene como el primer día.

Cuando regresó a Vigo después de las cesiones en la misma temporada, al Racing de Santander —con el que se las verá en la Copa del Rey— y al Real Murcia, que no funcionaron, Alfon tenía a media Primera Federación en la puerta ofreciéndole destino, pero el manchego optó por quedarse. Para jugar en el tercer escalafón, su elección era permanecer en Vigo, el sitio en donde más a gusto se ha sentido a lo largo de la carrera y el lugar donde está más cómodo.

Fue en el Celta Fortuna donde coincidió por primera vez con Claudio Giráldez. Los comienzos del equipo no fueron nada fáciles y Alfon fue el primero en asumir que debía aumentar su rendimiento para tirar del carro. Tan a pecho se lo tomó, que acabó como máximo goleador con 15 goles sin ser el delantero de referencia. Para entonces, ya había dado un paso adelante a todos los niveles. Llegado el verano, y con ficha del primer equipo celeste, Alfonso González Martínez era uno de los 36 en plantilla. El albaceteño se quedó y a base de trabajo, terminó haciéndose con una de las 25 fichas profesionales.

Alfon no jugó ni en el primer ni en el segundo partido, se estrenó en la tercera fecha como titular en Villarreal, provocando un penalti y rompiendo con su velocidad a la zaga del submarino. Aquel día jugó 70 minutos, su tope hasta la fecha en la élite. Desde entonces, su presencia y su protagonismo han ido a más. Repitió titularidad ante el Girona en casa y en los tres últimos partidos tuvo presencia desde el banquillo, convirtiéndose en uno de los relevos habituales de Giráldez. En el primero de ellos, ante el Barcelona, le robó la cartera a Koundé y marcó su primer gol en Primera División.

En ese momento, ya se había estrenado en la Copa del Rey, en la que tuvo dos actuaciones destacadas. Primero, abriendo el marcador ante el San Pedro de Preferente, y en el Helmántico, convirtiéndose en el hombre más determinante del ataque celeste aunque le faltase la guinda del gol. En la actualidad, acumula 444 minutos entre liga y Copa.

Claudio Giráldez reconoce que es uno de los jugadores que más han evolucionado en su plantilla desde el inicio de curso. «Nos da un perfil distinto. Es un jugador muy dinámico en espacios pequeños, capaz de jugar en los dos perfiles, de salir por dentro o por fuera, que es muy difícil de detectar en situaciones de cerca de la portería rival, que se desmarca muy bien y que ha evolucionado y ha crecido», dijo el entrenador, que le pide que se atreva cada vez más y espera que sea tan efectivo como lo fue el curso pasado en el filial.

Para llegar a la élite, Alfon no dejó nada a la improvisación. Desde hace años, trabaja con un nutricionista, lleva su dieta a rajatabla, sus índices de grasa son mínimos, se lleva los deberes a casa para afinar su puesta a punto y en el sentido colectivo del juego, ha aprendido y madurado para aprovechar su velocidad y su fútbol. Todo, sin hacer ruido y asumiendo su rol en un equipo en el que se siente enraizado.


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