Alvelo, inculcando el celtismo en Ribeira de la mano de una leyenda
Zona Celeste
La peña de la localidad coruñesa, nacida en 1988, parte de la figura del exfutbolista y de la historia del club para fomentar la pasión por el equipo en las nuevas generaciones
04 Aug 2015. Actualizado a las 15:24 h.
Corría el año 1988 cuando un grupo de celtistas de Ribeira llevaban tiempo barajando la posibilidad de crear una peña, pero no acababan de dar el paso. «Pese a estar en la provincia de A Coruña, aquí el celtismo siempre estuvo muy arraigado», subraya Antonio Arca. Él, actual presidente, fue uno de los impulsores del colectivo. Paradójicamente, tuvo que ser una desgracia la que lo aceleró todo. «Estábamos con los trámites y cuando Alvelo sufrió el accidente -se refiere al excéltico que quedó parapléjico hace casi 27 años- todo se precipitó. Quisimos dedicársela a él y estar presentes como peña en el partido homenaje que se hizo a finales de aquel año». Aquel desplazamiento fue el primero de muchos de la Peña Celtista Alvelo de Ribeira a Balaídos.
Actualmente cuentan con alrededor de un centenar de socios de todas las edades. Los hijos y las parejas van en el lote: «Hasta tenemos gente a la que no le entusiasma el fútbol, pero son igualmente celtistas», comenta Arca entre risas. La mayoría de los pioneros siguen en la peña, y otros han dejado su herencia. «Nicolás Galiñanes, que murió hará unos diez años, era un abonado histórico del club, con un número muy bajito, y una persona muy importante en la peña. Ahora su hijo -primer presidente- continúa con nosotros y sus nietos son vocales», comenta ogulloso.
La Peña Alvelo hace gala de una filosofía muy especial. Con la figura del exfutbolista como modelo, les gusta inculcar el celtismo partiendo de su historia -«nuestros niños conocen a los pioneros, se se saben las alineaciones de ahora, pero también las de hace años»- y, sobre todo, utilizarlo para educar en unos valores muy determinados. «Llevamos el nombre de Alvelo, que es una persona con una educación exquisita y que supo afrontar de la mejor manera la desgracia que le tocó vivir. Su ejemplo tiene que servir para los más pequeños».
Pero Alvelo, destaca Arca, también es un modelo a seguir como futbolista y como céltico. «Salió de la cantera y nunca conoció otra camiseta. Era un soldado del fútbol, involucrado, trabajador y acorde con el perfil del Celta», describe. En todos estos años han establecido mucho contacto con él y han contado con su presencia para diferentes actos, incluido el vigesimoquinto aniversario que celebraron por todo lo alto en el 2013.
La sede de la agrupación es el Bar Plaza, donde se reúnen para ver los partidos -«si alguien no puede acercarse, ya le informamos por el grupo de WhatsApp»- y celebrar sus asambleas. A Balaídos suelen desplazarse una o dos veces al año, escogiendo los partidos en función de un único criterio: los horarios. «A nosotros lo que nos importa es ver a nuestro equipo, no nos preocupa nada que sea contra uno de los llamados grandes o contra cualquier otro. Solo nos fijamos en la hora a la que vamos a llegar a casa, porque estamos lejos y la mayoría de las veces nos lo ponen muy difícil, sobre todo para los niños».
Hermanados con la pela celtista santieguesa Merlegos Celestes, cuentan con integrantes de otras localidades cercanas y mantienen una excelente relación con las demás peñas de la zona, celtistas y no solo. «Con la de Ribeira del Deportivo jugamos cada año nuestro mini-derbi. Cada uno defiende sus colores y lo hacemos entre bromas, nos llevamos bien», comenta. Pero al mismo tiemoi aclara divertido: «La verdad es que siempre ganamos nosotros, como debe ser».
Arca, autor de una novela titulada Que no muera el Celtiña, recalca que la importancia de la ciudad de Vigo es la responsable de la tradición celtista de su municipio, muy vinculado a la ciudad por los barcos y las relaciones comerciales. «Hay celtista aquí como en todas partes, siempre digo que se debería llamar no Real Club Celta de Vigo, sino Real Club Celta del Mundo», reivindica. A lo que sí que jamás cambiaría el nombre es a su peña, ni siquiera habiendo tenido célticos nacidos allí como es el caso de Suco y Tucho Sampedro. «A veces hemos tenido menos actividad coincidiendo con las peores épocas del equipo, pero nunca hemos corrido riesgo de desaparecer. Llevamos el nombre de una leyenda y no podemos permitirlo».