Sobran os motivos, peñistas recientes, celtistas de siempre
Zona Celeste
El colectivo vigués presume de fidelidad al equipo, con abonados con números muy bajos y que presumen de haber apoyado al club en los mejores y en los peores momentos
07 Oct 2015. Actualizado a las 18:39 h.
La peña viguesa Sobran os motivos es atípica en muchos sentidos. Valga como ejemplo que son una de las pocas, quizá la única, que no contó con la presencia de ningún futbolista del equipo en su inauguración. «La Federación de Peñas nos decía que para eso tenía que ser lunes y martes y nosotros preferíamos hacerlo un viernes y que estuvieran todos nuestros peñistas. Los jugadores vienen y van, mientras que los peñistas somos los que estamos siempre y para nosotros era lo prioritario», subraya su presidente, Juan Rodríguez.
Precisamente, la fidelidad al club es uno de los rasgos de los que más presumen los integrantes de este colectivo celtista. «Tenemos socios con números de abonados muy bajitos, ciento y pico y por ahí. Y aunque como peña llevamos desde el 2010, hemos vivido con el equipo muchos momentos buenos y también los malos, desde la Champions hasta los cinco años en Segunda». En ese período fue cuando surgió la idea de formar la peña. «El equipo estaba hundido, que si la situación deportiva, las deudas... Siempre había alguna voz que preguntaba para qué formar una peña y de ahí surgió el ''sobran os motivos''».
Curiosamente, su sede -que lo es también de Irmandiños 1923 y local celtista de referencia en general- comparte su mismo nombre. Pero la peña fue primero. «Estábamos en el antiguo local de ese dueño y cuando cambió y abrió otro nuevo nos preguntó si podía usar ese nombre. Nosotros encantados, pero hay quien piensa que el local es nuestro y nada que ver», aclara el presidente. Allí se reúnen para las previas y, en ocasiones, también para los partidos de fuera.
Sobran os motivos se define como una peña «humilde y poco mediática». En sus cinco años de vida no se ha hablado mucho de ellos, pero el celtismo sí que los conoce perfectamente en las gradas de Río Bajo y Marcador, donde se ubican la mayoría. «La temporada pasada anduvimos por los 120 socios y este año, aunque hay algunos que se hacen los remolones a la hora de renovar, seguramente estaremos por las mismas cifras». La mitad de ellos, aproximadamente, son socios del Celta, con una media de edad entre los 30 y los 40 años, pero también niños y gente mayor.
Sí son convencionales en otros aspectos como organizar viajes -»el primero, de infausto recuerdo, fue a Coruña y fuimos uno de los autobuses afectados», recuerda- y comidas. Un grupo reducido de los componentes hicieron incluso una andaina de nada menos que 25 kilómetros para celebrar el ascenso del 2012. La cifra no era casual. «Cuando ya se veía que el ascenso estaba cerca y que ese año lo íbamos a conseguir, a otro miembro que también se llama Juan se le ocurrió que hiciéramos esa caminata con el número de kilómetros del dorsal del autor del gol. Como el último partido quedó a ceros, quedó el de Natxo Insa», dice en referencia al tanto que marcó el excéltico frente al Nastic en la penúltima jornada de la temporada 2011/2012.
Otro de sus grandes logros, dice Juan, es que su cargo de presidente lo entiende solo como algo simbólico porque algún nombre tiene que figurar como tal para ser una peña federada. «En realidad nos distribuimos las tareas entre todos, desde las redes sociales, en las que procuramos ir haciendo seguimiento del equipo, hasta el resto de tareas que requiere una peña», indica. Funcionan así como el grupo de ocho amigos que fundaron la peña cinco años atrás pero que se ha convertido en una familia celtista -aunque «modesta», insiste- mucho más grande.