Celtílikos, la peña enmascarada
Zona Celeste
Creado hace tres años, este colectivo celtista se define como «muy humilde, pero muy fiel al Celta»
01 Mar 2016. Actualizado a las 16:38 h.
A medio camino entre Vigo y el municipio ourensano de Avión, la peña Celtílikos lleva en funcionamiento tres años en los que no han perdido su esencia. «Somos muy pocos integrantes, solo veinte o así. Estamos lejos de ser una peña grande, al contrario, somos muy humildes, pero también muy forofos de nuestro equipo», insiste uno de esos miembros y socio fundador, Carlos Barros. La mayoría son amigos de toda la vida que se conocen de Avión y que tienen en común la afición por el Celta.
Entre los miembros hay varios de origen mexicano, algo que se ha reflejado en el principal signo disitinto de la peña: sus máscaras. «Son como las de los luchadores mexicanos. Se le ocurrió a uno de los socios y la verdad es que nos quedaron bastante bien. Tnato, que la gente nos pedía, pero las habíamos hecho justas», comenta. Ahora, por lo estricto de las normas de acceso a los estadios, han dejado de llevarlas a Balaídos, pero siguen siendo un elemento que les diferencia del resto de las peñas.
Con máscaras o sin ellas, nunca faltan al municipal vigués, donde se ubican en Río Alto. «Solemos ir con tiempo para disfrutar de las previas charlando sobre el equipo y tomando una cervecita», señala. Su nombre invita precisamente a pensar en el alcohol, pero Barros aclara entre risas que el nombre no debe llevar a engaño. «No hace referencia a un exceso de alcohol aunque lo parezca, no somos de pasarnos. Pero a uno le salió ese nombre y nos pareció buena idea, muy original».
La media de edad de los integrantes ronda los 30 años -«yo soy el más joven», comenta el socio fundador-. Todos tienen en común tanto la pasión por el equipo como la amistad que les une desde hace años. «La peña nace con la idea de unirnos más y plasmar de alguna manera el sentimiento celtista. Supongo que como pasa con todas las peñas. No tiene mucha más historia», indica. Sin embargo, sí alude a una anécdota que les diferencia: «La mujer de Mouriño es de Avión. Alguna vez nos lo hemos encontrado y nos hemos acercado para decirle que somos celtistas y peñistas», recalca.
Aunque organizar viajes no está de momento entre las iniciativas que han desarrollado, sí han acudido a algún que otro desplazamiento con el equipo, por ejemplo a Bilbao, o a la reciente semifinal de Copa en el Calderón. También son habituales de los torneos de peñas, donde han tenido la oportunidad de «conocer a más peñistas y hacer amigos entre algunos de ellos». Aunque mantengan esa buena relación con el resto de peñas, no tienen especial interés en ser más en la suya. «Estamos bien como estamos. Somos pocos, pero con un vínculo personal, somos todos amigos. Quizá eso nos diferencia también de otras peñas más multitudinarias».
Más allá de las máscaras, si hay algo que identifica a los Celtílikos, dice Barros, es su fidelidad al equipo. «Somos de los celtistas que pensamos que hay que apoyar al equipo y a nuestros jugadores siempre, nada de silbar como pasaba por ejemplo con el Tucu», destaca. Y tienen un cariño especial por los jugadores de la cantera: «A los jugadores de casa siempre se les tiene más simpatía, pero tanto a ellos como a cualquiera que demuestre que siente los colores».