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La dura vida de Bartolomé Esteban Murillo, el gran exponente del barroco español

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LA VOZ REDACCIÓN

Con influencias flamencas y venecianas, fue el pintor más cotizado de su tiempo

29 Nov 2018. Actualizado a las 17:45 h.

En el «año de Murillo» Google se ha sumado a los homenajes al pintor español. El buscador dedica el doodle de este jueves a Bartolomé Esteban Murillo con motivo del 400 aniversario de su nacimientoAunque, en realidad, no se sabe la fecha exacta en la que vino al mundo y lo único probado es que fue bautizado en la Iglesia de  de Santa María Magdalena de Sevilla el 1 de enero de 1618. Fue en esa ciudad andaluza donde pasó la mayor parte de una vida plagada de éxitos y desgracias. 

Tampoco se sabe dónde estaba su casa familiar, por los cambios urbanísticos que ha ido sufriendo el casco histórico de Sevilla. Sí se sabe que vivían en la calle de las Tiendas -hoy Murillo-, junto al antiguo Convento de San Pablo, donde hoy se ubica la parroquia, ya que la antigua en la que fue bautizado Murillo se encontraba a pocos metros, en la actual Plaza de la Magdalena, si bien la parroquia como tal se trasladó a la iglesia conventual (reconstruida en su formato actual en 1691), y con ella sus archivos. La iglesia conserva en sus archivos varios documentos que permiten seguir el rastro de la familia del genio barroco cuyo IV centenario se conmemora ahora. Murillo pasó sus primeros años en el entorno de esta parroquia y, junto a sus padres y hermanos, fue un insigne feligrés. A los nueve años Murillo se quedó huérfano. Era el menor de catorce hermanos y fue, precisamente, su hermana mayor la que se hizo cargo de él. Poco se sabe de sus inicios en la pintura aunque todo indica que se formó en el taller de un familiar, Juan del CastilloBartolomé Esteban Murillo, máximo exponente del barroco español, se convirtió en el artista mejor pagado del siglo XVII, por encima del propio Velázquez. «Corpus Murillo», del historiador Pablo Hereza, desvela que Murillo fue el pintor más cotizado de su tiempo. 

Bartolomé Esteban Murillo contrajo matrimonio en 1645 con Beatriz Cabrera y Villalobos, con quien estuvo casado veinte años y tuvo once hijos. Algo que marcó la vida y obra del pintor fue la muerte de tres de ellos a causa de las pestes.  Con influencias flamencas y venecianas, el sello del pintor está en sus grandes escenas históricas y religiosas pero su obra fue mucho más allá con sus retratos y los cuadros de costumbres que lo convierten también en un documentalista de su tiempo. 

En la cima de carrera fundó con otros pintores en 1660 la influyente Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en Sevilla, de la que fue su primer presidente, e inició su década más prolífica. Llegaron entonces encargos como las pinturas para la iglesia de los Capuchinos y para el Hospital de la Caridad, ambos en Sevilla, cuadros como el Nacimiento de la Virgen o la Inmaculada Concepción y sus emblemáticas obras de género con motivos infantiles como Niños jugando a los dados.

De él se puede decir que se murió pintando, literalmente. Falleció el 3 de abril de 1682, días después de haberse caído del andamio de la iglesia de los capuchinos de Cádiz en la que estaba pintando el cuadro Desposorios de Santa Catalina.  Murillo dejó un vasto legado que amalgamó influencias diversas: de la tradición sevillana a otros maestros españoles como Zurbarán o Ribera pasando por la pintura veneciana.

El «doodle» que aparece sobre el buscador de Google se inspira en la enigmática pintura del artista Mujeres en la ventana, un óleo sobre lienzo que se expone en la Galería Nacional de Arte de Washington.

Gran exposición en su tierra natal

Una exposición antológica con 55 cuadros procedentes de una treintena de instituciones y museos internacionales que será inaugurada hoy en el Bellas Artes de Sevilla, donde podrá verse hasta el 17 de marzo, muestra al «Murillo total».«El murillo total e integral», según los organizadores de la muestra, está reflejado en «Murillo. IV Centenario», la gran exposición que servirá de colofón al Año Murillo con el que se ha conmemorado el cuarto centenario del artista sevillano. En estos 55 cuadros puede observarse igualmente cómo el artista fue capaz de llevar su naturalismo descriptivo de los objetos cotidianos a escenas de gran emotividad, cómo reflejó con originalidad temas tradicionales de la pintura actualizando y reinterpretando la iconología religiosa y su facilidad para plasmar emociones, como en el apartado Santa Infancia, en el que además de vírgenes con niños dedica lienzos a la niñez de Jesús y de San Juan Bautista.

 


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