Powell convence a Sharon para que los palestinos de Jerusalén Este voten
Internacional
Al Fatah anuncia que su candidato a las elecciones presidenciales es Abu Mazen Hamás rechaza el desarme reclamado por el todavía secretario de Estado norteamericano
22 Nov 2004. Actualizado a las 06:00 h.
Los «elementos» no han acompañado con buen augurio a Colin Powell en su última visita a Israel. La llegada del todavía secretario de Estado norteamericano coincidió con la entrada de un fuerte temporal de frío, agua y viento en la región, y con una plaga de voraces langostas que asola el sur del país. Pero parece traducirse que esta vez, contra viento y marea, el reelegido presidente, George W. Bush, quiere relanzar definitivamente el proceso de paz, aprovechando la muerte del viejo líder, Yaser Arafat. En realidad, el guión de la estancia de Powell fue muy similar al que escenificó hace 18 meses, en mayo del 2003, en su último encuentro con las autoridades israelíes y palestinas. Al igual que entonces, Powell se reunió, en primer lugar con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, y con su ministro de Exteriores, Silvan Shalom, en Jerusalén Pero esta vez, las inminentes elecciones presidenciales palestinas, que calificó como «una ocasión que debemos aprovechar», fueron el eje central de las conversaciones con las autoridades de Tel Aviv. De hecho, tras el encuentro, Sharon abordó el tema más espinoso de estos comicios anunciando que está de acuerdo con la participación de los palestinos de Jerusalén Este aunque sin claros compromisos. «Israel debe permitir el voto a los árabes de Jerusalén Este, como ya sucedió en el pasado, pero la cuestión será debatida en los foros apropiados que tomarán una decisión al respecto», señaló Sharon aludiendo quizás a que Israel vuelva a considerar el voto por correo de esa población de más de 200.000 personas, como ocurrió en las elecciones de 1996. Desarme Salvo este crucial detalle, el viaje de Powell se ciñó de nuevo al guión de sus anteriores visitas y así, antes de viajar a Jericó para encontrarse con las autoridades palestinas, remarcó la necesidad de que la dirección palestina desarme de inmediato a las facciones palestinas. Una exigencia que rechazó de inmediato Hamás, cuyo portavoz en Gaza, Sami Abu Zuhri señaló que las declaraciones de Powell «no sólo demuestran que EE.UU. está de parte de Israel, sino que además participa en las agresiones llevadas a cabo contra el pueblo palestino». Esta organización reiteró la inutilidad de unas elecciones presidenciales si no van a la par de unos comicios legislativos. El viento y el intenso frío no abandonaron a Powell en su encuentro con las autoridades palestinas a Jericó, que volvió a elegir esta ciudad en detrimento de Ramala, según algunos, para evitar una obligada parada ante la tumba de Arafat en la Mukata. Powell escuchó del presidente de la OLP, Abu Mazen, del primer ministro, Abu Alá y del presidente interino de la Autoridad Nacional Palestina, Rauhi Fatuh, las peticiones y los recelos palestinos. «Hemos tratado de la necesidad de poner fin a los asentamientos, el muro de separación y la liberación de presos», dijo el ministro de Exteriores, Nabil Shaat. Por su parte, Abu Alá, indicó que si esta nueva iniciativa fracasa «tendremos que recurrir a otros caminos», sin especificar cuáles. Anoche, el comité central de Al Fatah resolvió designar a Abu Mazen candidato a las elecciones presidenciales, en las que se decidirá el sucesor de Arafat.