La Voz de Galicia

Hallan los restos de la presidenta de Madres de Mayo secuestrada en 1977

Internacional

Agustín Bottinelli corresponsal | buenos aires

08 Jul 2005. Actualizado a las 07:00 h.

Hace 28 años, cumpliendo tareas de inteligencia, el oficial de la Armada argentina, Alfredo Astiz, «el ángel rubio», se infiltró en la organización de las Madres de Plaza de Mayo para delatar y entregar a sus integrantes. Entonces, el represor dio varios nombres a las fuerzas de tareas encargadas del exterminio de los «enemigos ideológicos» de la dictadura militar: Azucena Villaflor de Devicenti, la primera presidenta de la asociación y una de sus fundadoras; Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, cofundadoras del grupo. El 8 diciembre de 1977, Astiz dio la señal para que se lanzara el operativo sobre una reunión en la iglesia de la Santa Cruz en el barrio de San Cristóbal en Buenos Aires. Las tres mujeres fueron secuestradas junto a las monjas francesas Alice Domon y Reneé Leonnie Duquet, también desaparecidas y por cuyo crimen Astiz está condenado en ausencia a cadena perpetua en Francia, país que pidió su extradición, aunque por ahora cumple la misma pena en Argentina. Las tres mujeres fueron arrojadas al mar en los llamados «vuelos de la muerte» y el mar los devolvió a la costa de un balneario llamado Santa Teresita, cerca de la ciudad de General Lavalle, donde fueron llevados y enterrados. Desde entonces, la búsqueda de los cuerpos fue incesante. Finalmente esta semana el Equipo Argentino de Antropología Forense confirmó que los restos de las tres estaban enterrados como «NN» en el cementerio de General Lavalle en la provincia de Buenos Aires. Ayer se hizo el anuncio oficial ante la presencia de los familiares de las tres víctimas.


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