El siniestro de China se salda con 181 muertos

(Pozo sin salida), la película del director chino Yang Li, alcanzó la fama por mostrar las precarias condiciones laborales de los mineros en China. Sigue censurada en este país, donde cada año mueren 5.000 personas en accidentes en la mina, según cifras oficiales. Grupos independientes elevan la cifra a 20.000. Las últimas víctimas son 181 trabajadores de dos pozos de la provincia de Shandong que se desplomaron el pasado viernes bajo las aguas del río Wen, desbordado por las lluvias.

La mina fue construida en 1940 y una inspección oficial declaró hace pocos años que estaba agotada, según el diario hongkonés South China Morning Post . 172 de los 756 empleados de la explotación no lograron salir al exterior. Los otros nueve mineros desaparecidos trabajaban en una mina cercana.

Los equipos de rescate no llegaron al lugar del accidente hasta el sábado. El presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao ordenaron a las autoridades locales utilizar todos los recursos posibles para salvar a los hombres, a pesar de que el responsable de la administración minera de Shandong declaraba el mismo viernes a la agencia oficial Xinhua que la probabilidad de encontrar supervivientes eran «muy bajas». Ayer, el vicegobernador de la provincia afirmaba que los mineros «ya no tienen posibilidades de sobrevivir».

Dos altos funcionarios de Pekín coordinan las tareas de rescate, que no han sido suspendidas. Li Yizhong, director de la Administración Estatal para Seguridad Laboral, y el responsable de Seguridad Minera, Zhao Tiechui, dirigen a unos 2.000 soldados, policías y mineros que tratan de reconstruir el dique de contención del río. La cadena de televisión CCTV mostró imágenes de soldados tirando al Wen sacos de arena, árboles y vehículos. Después pusieron en marcha las grandes bombas de extracción. Ayer se consiguieron sacar de 2 a 3 metros cúbicos de agua. Los desaparecidos están a más de 800 metros de profundidad.

Secretismo y críticas de los familiares

Los familiares de las víctimas han protestado por la falta de información que reciben sobre los progresos en el rescate, y las autoridades locales incluso han impedido que la prensa hable con ellos. Después de algunas revueltas violentas el pasado lunes, la Administración ha empezado a ofrecer asistencia a los familiares. Madres y esposas han sido alojadas en el hospital de la mina.

La ley china contempla indemnizaciones de hasta 200.000 yuanes (20.000 euros) para los familiares de las víctimas de accidentes de mina. Pero si se confirma que el accidente fue por culpa de una catástrofe natural, como planteó el ministro de Asuntos Civiles Li Xuejiu el pasado miércoles, las esperanzas de recibir compensaciones disminuyen.