La Voz de Galicia

Una primera dama con estilo «gallego» en la Casa Blanca

Internacional

Tatiana López

Considerada ya un icono de la moda estadounidense, Michelle eligió para el día de la investidura un diseño de la modista con lazos gallegos Isabel Toledo

23 Jan 2009. Actualizado a las 19:22 h.

De ella se ha dicho que nunca aceptó un no por respuesta en toda su vida, que se licenció en la Universidad de Harvard, e incluso que fue la encargada de enseñar a Barack Obama los secretos de la abogacía en Chicago, donde ejerció como su supervisora. Sin embargo, Michelle Obama, esposa del nuevo presidente de Estados Unidos y nueva primera dama del país de las libertades, no ocupa estos días portadas por su más que demostrado intelecto, sino por otra virtud mucho menos profunda: su indiscutible estilo vistiendo.

Y es que, considerada ya como un icono a medio camino entre Jacky Kennedy y Nancy Reagan, ambas devotas de la moda y símbolos del estilo para toda una generación, entre los diseñadores preferidos por la heredera de esta glamurosa tradición se encuentran nombres de la talla de Donna Karan, Ralph Lauren o Calvin Klein.

De Dior o de almacenes

La nueva primera dama es capaz, sin embargo, de lucir con la misma gracia un vestido de Dior que cualquiera de los modelos baratos que venden en los grandes almacenes JP Morgan, y a los que recurrió durante la campaña electoral como un símbolo de sensibilidad con la crisis económica.

Michelle dejó a un lado esta vertiente austera el día de la investidura de su marido, en la que apareció deslumbrante con un caftán amarillo con tonos verdes y azules. Un diseño firmado por la diseñadora Isabel Toledo, a quien La Voz entrevistó en exclusiva el pasado mes de marzo con motivo de su entonces reciente exposición en el Museo Nacional de Nueva York.

Toledo es la musa preferida de la bohemia neoyorquina, que en más de una ocasión se ha rendido a los pies de esta costurera de alto nivel. La carrera de esta mujer es imposible de entender, sin embargo, sin la presencia de su marido y socio, el diseñador de origen gallego Rubén Toledo.

«Como pareja, los dos amamos las cosas eternas, incluso aunque se transformen y por eso somos capaces de interpretar esta idea con unos ojos distintos», resumía entonces para La Voz Isabel, quien, como su marido, tienen muy presente en su vida sus orígenes españoles.

Así lo confesaban ambos al ser interrogados sobre su relación con un país al que según dicen acuden menos de lo que quisieran.

Fantasía

«Verás, para nosotros, como para casi todos los cubanos nacidos tras la Revolución, nuestras raíces españolas viven más en nuestra imaginación que en la experiencia directa. Quizá por eso España es en nuestra mente en realidad una especie de fantasía surrealista llena de folclore y fantasía», aseguraba Rubén. Sin embargo, «esperamos poder hacer un viaje largo allá que me ayude a ponerme más en contacto con ella», añadía.

En cuando al ascenso del diseño en el mundo del arte, Isabel Toledo afirmaba ya entonces que «durante años, el arte ha sido concebido como un movimiento sagrado, elevado o elitista, en cambio, el diseño es ahora el arte democratizado.


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