Wen Jiabao promete mejoras sociales para desactivar el fantasma de las protestas
Internacional
Garantiza atención «a problemas que causan gran resentimiento entre las masas, como las expropiaciones no autorizadas de tierra cultivable y las demoliciones ilegales de viviendas»
06 Mar 2011. Actualizado a las 06:00 h.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, prometió ayer mejoras sociales para frenar el descontento durante la inauguración de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), en un Pekín fuertemente vigilado por la reciente convocatoria de las «protestas jazmín».
Aunque esas protestas apenas han sido secundadas y únicamente han servido por ahora para enfrentar al Gobierno con la prensa extranjera, lo cierto es que sus reivindicaciones por Internet parecen haber sido oídas por Wen, cuyas promesas coinciden con las peticiones de los convocantes: más atención a la corrupción, la desigualdad social o al alto precio de la vivienda.
Ante los alrededor de 3.000 legisladores reunidos en el Gran Palacio del Pueblo, Wen hizo un repaso a la situación del país y adelantó los objetivos del régimen comunista para el 2011 y también a más largo plazo, ya que en este plenario se aprobará el XII Plan Quinquenal (2011-2015). En el lustro que se inicia, señaló, China se fijará un crecimiento anual medio del 7%, una meta considerablemente inferior a la de los cinco años anteriores, en los que ese promedio fue del 11,2%.
Como si escuchara las peticiones de «más trabajo, más vivienda y más igualdad», uno de los lemas de los convocantes de las por ahora fracasadas protestas en la calle pequinesa Wangfujing y otros céntricos lugares de China, Wen dedicó casi la tercera parte de su discurso a prometer mejoras sociales para el 2011.
Así, garantizó atención «a problemas que causan gran resentimiento entre las masas, como las expropiaciones no autorizadas de tierra cultivable y las demoliciones ilegales de viviendas», conflictos que cada año generan decenas de miles de protestas en todo el país. También, en otro punto coincidente con las reivindicaciones de los convocantes de protestas, el primer ministro lanzó una severa advertencia a los políticos corruptos y aseguró que el Gobierno «resolverá a conciencia problemas relacionados con los empleados gubernamentales que abusan del poder para su beneficio personal, olvidan sus deberes o violan los derechos de otros».
En particular, destacó Wen, se combatirán «la extravagancia, el despilfarro y el formalismo», reduciendo las reuniones innecesarias, los gastos suntuosos de los líderes comunistas y otras prácticas que, en opinión del primer ministro, han distanciado al pueblo del régimen comunista.