La Voz de Galicia

Una victoria simbólica e inesperada

Internacional

Miguel A. Murado

24 Sep 2011. Actualizado a las 06:00 h.

E n política, las victorias simbólicas cuentan. La política, al fin y al cabo, está hecha de símbolos. Y lo que los palestinos obtuvieron ayer en la ONU fue una de esas victorias. Con toda seguridad, su solicitud de ingreso en la organización va a quedar congelada, o será rechazada por el veto de Estados Unidos (quizá ni le haga falta: parece ser que ha torcido el brazo de los miembros no permanentes Portugal y Bosnia para que cambien su voto).

Pero el bilateralismo con mediación norteamericana, la base de lo que se llamó «el proceso de paz», ha recibido un golpe quizá mortal. Los palestinos finalmente se han puesto de acuerdo en que era una trampa para hacerles perder el tiempo y favorecer a Israel. Incluso el presidente francés Sarkozy llamó a «cambiar las reglas si no funcionan». Hasta el padre del invento, el no poco proisraelí Bill Clinton, se declaraba ayer frustrado porque Netanyahu «no tiene ningún interés en la paz».

La ONU no es un concurso de televisión en el que el éxito lo mide un aplausómetro, pero la imagen de los representantes de casi todo el mundo, en pie, aplaudiendo a Palestina es una imagen que pesará, y mucho, a partir de ahora. Un símbolo.

Y la ironía es que Israel ha hecho más que nadie para darle este triunfo inesperado a Mahmud Abás. El poco brillante líder palestino seguramente no pretendía, cuando amenazó con esto, más que llamar la atención de Washington para que lo ayudase presionando algo a Israel.

Pero la intransigencia de Tel Aviv y el nerviosismo creciente de Obama a medida que se aproximaba la fecha, han convertido en un gran acontecimiento lo que en otras circunstancias habría quedado como una muesca más en la innumerable lista de decepciones palestinas. Al darle una importancia que no tenía, son israelíes y norteamericanos los que han convertido en crucial ese sobre blanco que Ban Ki-moon recogió de manos de Abás. Ese sobre contiene en teoría la solicitud de ingreso de Palestina en la ONU. En realidad, es una declaración de independencia. Pero no es de Israel del que los palestinos se independizan, sino de Estados Unidos. Hoy, Israel sigue ocupando Palestina, pero en estos momentos, al menos, ya no controla el proceso de paz.


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