Turquía amenaza con la guerra a Siria
Internacional
El Parlamento dio luz verde a operaciones militares contra el país vecino, pero el Gobierno aclara que es una medida disuasoria y que no tiene intención de desencadenar un conflicto
05 Oct 2012. Actualizado a las 07:00 h.
La rebelión contra Bachar al Asad rompió la antigua buena vecindad entre Turquía y Siria, abriéndose una escalada de tensión que alcanza ahora una peligrosa deriva bélica tras la represalia turca a la muerte de civiles por obuses sirios. El Parlamento de Ankara aprobó ayer una moción que de facto da permiso al Gobierno del islamista Recep Tayip Erdogan a declarar la guerra a Siria, aunque esa opción está por ahora aparcada.
En una sesión especial a puerta cerrada, la Asamblea Nacional autorizó durante un año al Ejército la intervención de tropas en «países extranjeros» -no cita expresamente a Siria-, amparándose en el artículo 92 de la Constitución, que regula la declaración de guerra y las intervenciones armadas en caso de una agresión contra el país.
Fue aprobada con 320 votos a favor y 129 en contra, en una cámara de 550 escaños. Al menos 50 diputados del partido gubernamental Justicia y Desarrollo (AKP) decidieron no asistir a la sesión o no votar.
El viceprimer ministro turco, Besir Atalay, se apresuró en tranquilizar a los que vieron en la decisión legislativa una peligrosa escalada militar. «Esta moción no es una moción para la guerra, solo tiene una función disuasoria», aclaró. «En la misma idea abundó Ömer Celik, vicepresidente del AKP: «Turquía no busca la guerra, pero es perfectamente capaz de defenderse contra cualquier ataque que amenace su soberanía».
A última hora fue el propio Erdogan quien habló: «Turquía no tiene la intención de desencadenar una guerra contra Siria».
Sus palabras iban dirigidas a esa mayoría de turcos que están en contra de una acción militar. Durante la reunión legislativa, incluso se produjeron choques entre la policía y manifestantes que protestaban por la decisión legislativa.
Disculpas de Damasco
Poco después de que Rusia instara a Al Asad a reconocer que se trató de un accidente, Atalay anunció a la prensa que Damasco había pedido disculpas a Turquía y había admitido que fueron obuses disparados por sus tropas desde el puesto fronterizo de Tel Abiad los que cayeron sobre el pueblo de Akçakale matando a cinco de sus vecinos: una mujer y cuatro de sus hijos. Añadió que Damasco había prometido que no se iban a repetir incidentes de este tipo.
Las decisiones políticas tenían lugar después de que el Ejército turco lanzara de madrugada un segundo ataque de su artillería contra posiciones sirias en Tell Abiad y la área anexa de Rasma al Gazal. Un oenegé opositora habló de varios soldados sirios muertos, pero ningún Gobierno lo confirmó. Un fuente de seguridad turca apuntó que los bombardeos podrían reanudarse en cualquier momento «si es necesario».
Los países europeos se sumaron ayer a las condenas a Siria y su apoyo a Turquía, pero al mismo tiempo pidieron calma. El mismo lenguaje utilizado por la OTAN y EE.UU.: solidaridad sí, pero sin ruido de sables, al menos hasta después de las presidenciales estadounidenses.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon pidió a las partes implicadas «la máxima moderación». Mientras, Rusia frenaba una vez más una resolución de condena a Siria por parte del Consejo de Seguridad en la ONU. El proyecto debía ser aprobado la noche del miércoles por un «procedimiento de silencio» (aceptado si nadie se opone) pero «los rusos rompieron el silencio», dijo el embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant. Anoche seguía discutiéndose uno nuevo.