La reforma migratoria pasa con éxito su primer test en el Senado de EE.UU.
Internacional
El proyecto aprobado con 13 votos a favor y 5 en contra «satisface el reto de arreglar nuestro sistema de inmigración roto», resumió Barack Obama
22 May 2013. Actualizado a las 09:49 h.
La reforma migratoria que prevé legalizar a unos 11 millones de indocumentados en EE.UU. pasó hoy con éxito su primer test en el Senado con la aprobación de un proyecto de ley en el Comité Judicial con un amplio consenso bipartidista.
Tras casi dos semanas de debate en ese comité, el proyecto de reforma migratoria aprobado con 13 votos a favor y 5 en contra «satisface el reto de arreglar nuestro sistema de inmigración roto», resumió el presidente de EEUU, Barack Obama, en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
El proyecto elaborado por el llamado «Grupo de los Ocho», formado por senadores republicanos y demócratas, pasará ahora a ser debatido por el pleno del Senado, algo que comenzará previsiblemente en junio.
Obama felicitó al Comité Judicial del Senado y elogió el «liderazgo» de su presidente, el demócrata Patrick Leahy.
El voto de hoy fue posible en parte precisamente porque Leahy rechazó en el último momento, ante la oposición de los republicanos, presentar una enmienda para permitir que ciudadanos estadounidenses patrocinen la residencia de sus parejas homosexuales.
«Ninguno de los miembros del comité consiguió todo lo que quería, ni yo tampoco, pero finalmente todos tenemos la obligación ante el pueblo estadounidense de lograr el mejor resultado posible al llegar a la meta», reflexionó Obama.
Seguridad fronteriza
El proceso en el comité «mejoró» el proyecto de ley «de muchas formas», entre ellas «fortaleciendo las disposiciones sobre seguridad fronteriza», destacó en un comunicado el senador republicano John McCain, miembro del «Grupo de los Ocho» y quien se declaró «cautelosamente optimista» sobre el éxito de la reforma.
A lo largo del debate de hoy, el comité derrotó tres enmiendas del senador republicano Ted Cruz, dos de las cuales intentaban negar la ciudadanía a quienes lograran la legalización y privarlos de ayudas públicas y acceso a la reforma sanitaria, y otra que hubiese incrementado las visas de residencia permanente.
Mientras, los senadores Charles Schumer, demócrata por Nueva York, y Orrin Hatch, republicano por Utah, lograron un acuerdo que modifica el programa de visas «H-1B» para extranjeros altamente cualificados en el sector tecnológico.
El acuerdo entre Schumer y Hatch facilitaría la contratación de extranjeros altamente cualificados en el sector tecnológico, agilizaría un aumento de hasta 180.000 en el número de visas «H-1B» e incluiría protecciones laborales para empleados estadounidenses.
Desde que comenzó el debate el comité ha logrado mantener prácticamente intactos los principales elementos del plan reformista, que prevé dedicar 3.000 millones de dólares a la seguridad fronteriza y sanciona a empresas que contraten a sabiendas a personas «sin papeles».
Este lunes se aprobó una enmienda del senador Hatch que exigirá la toma de huellas digitales de todo extranjero que salga de EE.UU. desde diez de los 30 aeropuertos más transitados del país.
Además, fue aprobada otra del republicano Mike Lee que criminaliza el uso de documentos falsos en el programa federal «E-Verify», que permite verificar el estatus migratorio de nuevos empleados.
Medidas de presión
Obama y su vicepresidente, Joe Biden, se reunieron hoy en el Despacho Oval con siete inmigrantes, entre ellos varios jóvenes indocumentados a quienes pidieron que continúen con sus medidas de presión para que la reforma salga adelante.
Según Kica Matos, portavoz del Movimiento para una Reforma Migratoria Justa (FIRM, en inglés), las familias de inmigrantes «se han convertido en una fuerza inquebrantable a tener en cuenta en Washington».
«Seguiremos ahí durante el resto del proceso, hasta que el presidente Obama convierta en ley una reforma migratoria que mantenga unidas a las familias y allane el camino a la ciudadanía», prometió Matos en un comunicado.
La Cámara de Representantes del Congreso, que tiene su propio «Grupo de los Ocho», anunció la semana pasada un principio de acuerdo sobre la reforma y prevé presentarlo oficialmente la primera semana de junio.
Aunque no se han divulgado detalles, fuentes allegadas a los negociadores sugieren que esa versión será más estricta que la del Senado.