Nueva York pone en marcha el mayor sistema público de alquiler de bicicletas de Estados Unidos
Internacional
Un total de 6.000 bicicletas azules en 330 estaciones en la mitad sur de la isla de Manhattan y en Brooklyn es la oferta inicial del «Citi Bike»
27 May 2013. Actualizado a las 21:15 h.
Como alternativa al metro, el autobús o el mítico taxi amarillo, neoyorquinos y turistas podrán moverse por la ciudad de los rascacielos sobre dos ruedas gracias al «Citi Bike», un sistema público de alquiler de bicicletas, el mayor de todo el país, que se pone en marcha hoy.
Un total de 6.000 bicicletas azules en 330 estaciones en la mitad sur de la isla de Manhattan y algunas partes de Brooklyn es la oferta inicial del Ayuntamiento en el lanzamiento de este sistema que busca fomentar estilos de vida saludables, una de las metas políticas del alcalde, Michael Bloomberg.
A pesar de que la Gran Manzana es conocida por sus atascos, cada vez son más los neoyorquinos que se montan sobre dos ruedas para disfrutar de la ciudad con los más de 400 kilómetros de carriles bici que se han instalado en los últimos cinco años y los más de 300 kilómetros de vías verdes.
Con esta red de alquiler, la mayor de todas en Estados Unidos, Nueva York sigue los pasos de otras ciudades como Londres, París, Barcelona o Washington, que en los últimos años han tenido un gran éxito con iniciativas similares.
El programa «es una gran victoria para Nueva York y es ya el mayor sistema de bicis de alquiler del país», afirmó el alcalde Bloomberg en la inauguración, en la que recordó que los habitantes de la ciudad tendrán más opciones para desplazarse de forma complementaria a la red de transporte público.
Las bicicletas ofrecerán también a millones de turistas «otra forma de ver la ciudad, además de que harán la zona costera más accesible», recalcó.
Inicialmente, el «Citi Bike» da servicio a Manhattan por debajo de la calle 59 y, en Brooklyn, a las zonas de Brooklyn Heights, Dumbo, Fort Greene, Clinton Hill y algunas partes de Bedford, y ofrecerá diferentes tipos de tarifas según las necesidades del usuario, aunque básicamente está diseñada para trayectos cortos.
Según cifras del departamento de transporte del Ayuntamiento, 10.000 personas ya se han inscrito al sistema con el pago de la cuota anual de 95 dólares, que permite realizar un número ilimitado de viajes de un máximo de 45 minutos.
No obstante, el resto del público, neoyorquinos y turistas por igual, tendrá que esperar hasta el próximo 2 de junio para poder comprar pases temporales de alquiler.
Así, con una tarjeta de crédito podrán conseguir un pase de 24 horas por 10 dólares o para siete días por 25 dólares, con el que podrán realizar un número ilimitado de viajes de treinta minutos y las bicicletas podrán devolverse en cualquier estación.
Frente al precio de los taxis o los 2,50 dólares que cuesta un billete sencillo de metro o autobús en Nueva York, la tarifa diaria del «Citi Bike» se convierte en una opción atractiva para los usuarios, aunque sigue estando muy por encima de los 3,10 dólares o los 2,20 dólares que cuesta en Londres y París.
Pese a la expectación que ha envuelto la puesta en marcha de este proyecto, que ha sufrido varios retrasos por problemas diversos, el último por el azote del huracán «Sandy», no todos los neoyorquinos la han recibido con agrado.
Por ejemplo, algunos residentes de zonas como Greenwich Village han mostrado su malestar, ya que según denunciaron, la instalación de las estaciones está eliminando zona de aparcamiento y dificultando la entrada a los edificios, o lamentan que se afea algunas zonas históricas de la ciudad.
«Me encanta el concepto, pero no me gusta su aplicación», señalaba aún hoy una activista vecinal, Martha Gotwals.
La comisionada de Transporte, Janette Sadik-Khan, ha insistido en que los puntos de las estaciones fueron elegidos teniendo en cuenta las ideas de 65.000 personas durante la fase de discusión vecinal.
«Es un plan para Nueva York de los propios neoyorquinos», afirma.
Otra de las críticas ha sido que las bicicletas, de más de 20 kilos, son demasiado pesadas, aunque desde el ayuntamiento sostienen que es necesario que sean lo suficientemente robustas para soportar el uso y la exposición a la intemperie.
Pero pese a la polémica, el Ayuntamiento sigue defendiendo este plan con el que pretende reducir el tráfico y fomentar el uso de la bicicleta como transporte urbano.
De hecho anunció que sigue trabajando para poder ampliar en los próximos meses la oferta a 10.000 bicicletas en 600 estaciones para dar servicio a la parte oeste de Queens, al Upper East (Manhattan) y otras zonas de Brooklyn.
Así, la bicicleta pretende convertirse en un nuevo símbolo de la ciudad de los rascacielos gracias a sus beneficios para la vida saludable y la sostenibilidad ambiental, algo con lo que la Gran Manzana intensificará su carácter más verde.