Juncker teme un motín durante la votación para presidir la Comisión
Internacional
El conservador alarga las negociaciones con socialistas y liberales
15 Jul 2014. Actualizado a las 07:00 h.
La campaña electoral fue dura para el conservador Jean-Claude Juncker, pero no está siendo menos tortuosa su travesía hacia la presidencia de la Comisión. Los populares vencieron en las pasadas europeas, pero se dejaron muchos escaños por el camino. Su candidato está ahora en manos de una frágil alianza con socialdemócratas y liberales, quienes decidirán hoy si el luxemburgués accede a la presidencia del Ejecutivo comunitario.
La elección se tomará esta mañana en Estrasburgo, donde se reúne el Parlamento Europeo. Al expresidente del Eurogrupo le salen las cuentas pero puede haber sorpresa de última hora. De los 751 eurodiputados que pueblan el hemiciclo, Juncker necesita 376 votos positivos. Por el momento tiene apalabrados 479, procedentes de su formación, los socialdemócratas y los liberales. En principio son suficientes. Sin embargo, el temor a que haya un amotinamiento por parte de algunas delegaciones nacionales obligó al candidato a alargar las negociaciones con sus socios hasta ayer por la noche.
El propio líder de los socialdemócratas en la Eurocámara, Gianni Pittella, anunció antes de esa última reunión que los compromisos presentados por el conservador eran insuficientes: «Sin propuestas concretas no apoyaremos a Jucker», afirmó. La oposición le ha exigido que explique cómo piensa flexibilizar las políticas de austeridad y le han pedido que aumente los fondos para luchar contra el desempleo.
Los socialistas españoles y laboristas británicos no están satisfechos con el programa presentado por el luxemburgués para la próxima legislatura y aseguran que probablemente le retirarán el apoyo. El grupo de los liberales es tan heterogéneo que también podría haber deserciones, sobre todo si se tiene en cuenta que la votación es secreta.
Con este panorama, el relevo de José Manuel Durao Barroso, no está ni mucho menos asegurado. El enfado en las filas conservadoras puede ser extraordinario si no sale elegido ya que hace tan solo dos semanas sus eurodiputados apoyaron al socialdemócrata Martin Schulz para presidir la Eurocámara con la garantía de que Juncker sería respaldado hoy.
Quienes sí tienen claro que votarán en su contra son los grupos de la Izquierda Unitaria, los Verdes y los euroescépticos: «Está bien su oposición a los cultivos transgénicos, al fracking y su postura sobre el lobismo y los derechos digitales pero no puedo votar por un candidato que no está en contra de la austeridad», resumía la líder de los Verdes, la alemana Ska Keller.