La Voz de Galicia

Asesinato masivo en el cielo de Ucrania

Internacional

Santiago Tena

19 Jul 2014. Actualizado a las 07:00 h.

El derribo deliberado por fuerzas militares aún no identificadas del vuelo de Malaysia Airlines es un asesinato en masa de inocentes que no tiene otra calificación que la de crimen de guerra, y eso solo si consideramos  que en Ucrania hay un conflicto bélico.

No faltará quien trate de explicar el crimen como un acto de guerra o con justificaciones de índole política. Al igual que sucedió en 1915, al ser torpedeado por un submarino alemán el trasatlántico civil Lusitania, estamos ante un acto criminal por tratarse en ambos casos de naves civiles con pasajeros ajenos al conflicto que se vivía en las aguas y los cielos que ambas naves surcaban. Las naves y aviones civiles no están pensadas para repeler ataques hechos con medios de guerra.

Para derribar un avión con un misil antiaéreo de las características del usado ayer se necesita un radar que lo localice, y otro que sirva de guía para el misil. Los aviones militares modernos cuentan con detectores de radar que les informan de que están siendo apuntados y, en algunos casos, ponen en marcha contramedidas electrónicas. Un avión civil no lleva estos sistemas, salvo que se trate del transporte oficial de un jefe de Estado, y no todos cuentan con esos sistemas.

Un sistema de misiles antiaéreos es una organización compleja que cuenta con unas instalaciones y servicios en tierra, radares de localización y guía y una cabeza responsable de que se active el sistema. Los misiles antiaéreos de hoy no se disparan por accidente, cuentan con sistemas de identificación de aeronaves  por radar que son lo suficientemente fiables para evitar confusiones entre aviones enemigos y tráficos civiles. Quien haya dado la orden de disparar sabía que aquello que se disponía a destruir era un avión civil y no una amenaza.

Se ha sugerido que igual confundieron el Boeing malasio con un avión que creían que llevaba a bordo a Vladimir Putin. En cualquier caso, se trató de un intento de asesinato que se saldó con 300 víctimas inocentes. Entre los muertos hay pasajeros ingleses, alemanes, holandeses y norteamericanos. Confiemos en que eso no precipite acciones de venganza por parte de ninguna potencia. Pero sí cabe esperar que se identifique, localice y detenga al autor o autores de este nuevo crimen, que se les juzgue y que paguen por ello.

Su actuación no ha sido solo un asesinato en masa, sino que puede haber puesto en grave riesgo la paz mundial.

Santiago Tena es piloto civil y técnico de vuelo.


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