Texas ejecuta al hipano Arnold Prieto por el asesinato de tres ancianos en 1993
Internacional
Es el primer preso ejecutado en este estado en lo que va de año
22 Jan 2015. Actualizado a las 07:34 h.
El hispano Arnold Prieto, condenado a muerte por el asesinato de tres ancianos en 1993, recibió hoy una inyección letal y se convirtió en el primer preso en ser ejecutado en el estado de Texas en lo que va de 2015.
A Prieto, de 41 años, lo declararon muerto a las 18.31 hora local (19.31 ET) tras ser ejecutado con una inyección letal en la cárcel de Huntsville (Texas), según notificó el Departamento de Justicia Criminal de Texas. Sus últimas palabras fueron: «No existen finales, solo comienzos. Os quiero a todos, nos vemos pronto».
Antes, Prieto pasó la mañana con su madre, con la que se estuvo sacando fotos, y rechazó la habitual última comida de los condenados a muerte, por lo que le proporcionaron el mismo menú que al resto de presos: carne de ternera, zanahoria y frijoles.
El caso se remonta a la noche del 10 septiembre de 1993, cuando Prieto y los hermanos Jesse y Guadalupe Hernández condujeron las 300 millas (482 kilómetros) que separan Carrollton (el suburbio de Dallas en el que residían) con San Antonio. Los tres, adictos a la cocaína, habían planeado robar en la casa de unos tíos abuelos de los hermanos Hernández que, al parecer, guardaban 10.000 dólares en efectivo de un negocio. Según la posterior declaración de Prieto, los tres consumieron cocaína durante el viaje y llegaron a la casa en la mañana del 11 de septiembre. Les abrió Virginia Rodríguez, la tía abuela de los hermanos Hernández, que los invitó a pasar y les preparó un desayuno a base de huevos, tortillas mexicanas y zumo de naranja.
Después del desayuno, Guadalupe Hernández asesinó a su tía abuela con una picadora de hielo; acto seguido Prieto mató con un destornillador a su esposo, Rodolfo Rodríguez, y finalmente Jesse Rodríguez apuñaló con un cuchillo a Paula Morán, una amiga del matrimonio.
Las víctimas tenían 62, 72 y 90 años, respectivamente.
Los hermanos Hernández y Prieto no encontraron el botín que buscaban y regresaron a Carrollton con algunas joyas y 300 dólares en efectivo.
Tras siete meses sin pistas, las autoridades detuvieron a los tres implicados en el crimen. Prieto fue el único en recibir una pena de muerte ya que Jesse Hernández, que tenía 16 años el día del crimen no era apto para esa condena, cumple cadena perpetua y su hermana Guadalupe logró eludir la cárcel por falta de pruebas.
La ejecución en Huntsville la presenciaron por un lado la hermana, dos amigos y el consejero espiritual de Prieto, y por el otro cuatro hijos y una nuera del matrimonio Rodríguez, en salas separadas.
En el momento del crimen, la hermana de Prieto esperaba un hijo de Jesse Hernández, con el que mantenía una relación sentimental. Prieto es el primer ejecutado del año en Texas y el cuarto en el país. También es el primer preso ejecutado durante el mandato del nuevo gobernador de Texas, Greg Abbott, tras la salida de su predecesor, Rick Perry, que supervisó la muerte de 279 reos durante sus años en el cargo, más que ningún otro en la historia de Estados Unidos.
El estado de la estrella solitaria ha ejecutado a 519 reos desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976, más de una tercera parte del total en Estados Unidos, que con Prieto son 1.398. Texas tiene programadas otras 12 ejecuciones para los próximos cinco meses, dos de ellas la semana que viene.