La Voz de Galicia

La NSA suspende el programa de espionaje, a la espera de un acuerdo del Senado de EE.UU.

Internacional

victoria toro nueva york / corresponsal

El republicano y candidato a las presidenciales del 2016 Rand Paul logró evitar la votación

02 Jun 2015. Actualizado a las 05:00 h.

Al mediodía de ayer el Senado reanudó la sesión para discutir la renovación de la Ley Patriótica, solo que la ley llevaba, en ese momento, doce horas en suspenso después de que a medianoche del 31 de mayo expirara sin que los senadores consiguieran renovarla. Todas las miradas estaban puestas en el hombre que lo impidió: el republicano y candidato a las presidenciales del 2016 Rand Paul, que logró evitar la votación.

El líder del Senado, el también republicano Mitch McConnell, no especificó ayer cuándo se celebrará esa votación aunque sí aseguró que será en el menor plazo posible, lo que significa que podría ser hoy mismo o mañana. Lo que no aclaró McConnell es si piensan o no introducir enmiendas, una opción que podría alargar aún más el proceso.

La Ley Patriótica es el paraguas bajo el que tanto la NSA como otras agencias de espionaje han recopilado datos masivos de las comunicaciones telefónicas y por Internet de millones de ciudadanos. Algo que, mientras el Senado decide, no tienen permitido seguir haciendo, por lo que algunos republicanos y la Casa Blanca han alertado sobre el riesgo que supone en la lucha contra el terrorismo. Un intervalo que no tendrá consecuencias, sin embargo, para la seguridad nacional, si los senadores se dan prisa en hacer los deberes.

Hace tres semanas, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto con algunas modificaciones a la ley. La más importante es que no serán las agencias de inteligencia las que almacenen los datos, sino las compañías telefónicas, que lo harán durante un tiempo limitado. Para acceder a ellos, la NSA deberá contar con un permiso judicial.

Este texto pasó al Senado para su aprobación, pero allí se atascó porque algunos republicanos ultraconservadores, con Rand Paul a la cabeza, y los demócratas más de izquierdas estaban en contra, e hicieron todo lo posible para dejar que la ley expirara sin más.Una victoria simbólica y provisional para los críticos. A la larga su táctica no va a funcionar, porque los senadores que están a favor son mayoría.


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