El FMI no aplazó el pago porque eso «no soluciona los problemas»
Internacional
Considera que en los casos anteriores que se hizo, con otros países, no acabó sirviendo para nada
02 Jul 2015. Actualizado a las 05:00 h.
A última hora del martes trascendió que Grecia había solicitado al Fondo Monetario Internacional aplazar el pago de los 1.544 millones de euros que debía abonar al organismo, como muy tarde, a las doce de la noche (hora española). Recibida la petición, el FMI aseguró que la estudiaría, para, horas después, rechazarla. Su justificación: que postergar los compromisos «no ayuda a solucionar los problemas económicos fundamentales o las necesidades inmediatas de financiación». «Hace más de 30 años, el FMI ofreció aplazamientos a unos pocos países con bajos ingresos que lo habían solicitado. Después, en cada uno de esos casos, se demostró que no había servido para nada», argumentó la institución que preside Christine Lagarde en un comunicado.
Los destinatarios de esos aplazamientos a los que se refiere el FMI fueron Guyana y Nicaragua. En 1982.
El Fondo colgó ayer en su página web un lista de preguntas y respuestas sobre la situación de Grecia tras ser declarada «en mora» por no haber abonado a tiempo los 1.544 millones de euros que debía haber desembolsado. Y, entre otras cosas aclara que «no existe un período de gracia» tras el impago y que, «cuando un país falla a la hora de cumplir sus obligaciones con el FMI en el plazo debido, está en mora». Como resultado «inmediato», explica, Grecia no podrá recibir «nueva financiación» por parte del Fondo hasta que haya cumplido «con sus atrasos».
Cesiones por las dos partes
En su nota, el Fondo insiste en que la solución pasa por un enfoque «equilibrado» que incluya «medidas» por parte de Grecia para «reformar» su economía, y en el que «los socios europeos ofrezcan financiación adicional y alivio de deuda».
El impago de Grecia al FMI, el primero de un país desarrollado y el de mayor cuantía de la historia del organismo, ha venido a echar más leña al fuego de las críticas que le llueven a la institución por el papel que está jugando en esta crisis.
Y todo ello, además, en un momento muy complicado, cuando Lagarde busca apoyos para ser reelegida al frente de la entidad.