La Voz de Galicia

Tsipras se resiste a meter la tijera en los gastos de Defensa

Internacional

El primer ministro griego dijo que será el Ejecutivo el que decida dónde está dispuesto a hacer los recortes necesarios y anunció que el área de Defensa no era nicho para aplicar la austeridad

09 Jul 2015. Actualizado a las 05:00 h.

Mientras Grecia se desmorona y desfallece su inestable baile sobre el cable que le tiende Europa, Tsipras y su Gobierno intentan mantener a flote algo más que la dignidad y ayer se revolvieron ante la exigencia de reducir sus gastos en Defensa. Es cierto que se trata de proporciones de inversión exageradas para el tamaño del país. Pero habría que aclarar cuánto de este presupuesto beneficia a sus socios europeos (Alemania y Francia, por ejemplo, a los que compra material militar) y cuánto se considera necesario para hacer de Grecia el gendarme de la OTAN en una zona tan explosiva.

Estas son las cifras: el presupuesto militar griego en el 2014 ascendió a 4.000 millones de euros, que equivale al 2,2 % de su PIB. La media en la Unión Europea ronda sin embargo el 1,2 %. Las instituciones exigen que se ahorren 400 millones a partir del 2016, y el Gobierno de Tsipras, en un primer momento, había aceptado una reducción del 200 millones. Pero después del referendo todo ha cambiado. El primer ministro griego dijo ayer que será el Ejecutivo el que decida dónde está dispuesto a hacer los recortes necesarios y anunció que el área de Defensa no era nicho para aplicar la austeridad.

«Ni yo, personalmente, ni tampoco el ministro de Defensa, vamos a aceptar reducciones que están diseñadas para crear nuevas desigualdades dentro de la sociedad. En particular, no aceptaremos recortes de las retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas», dijo Tsipras ante oficiales del Ejército.

El número de soldados por habitante en Grecia quintuplica el de España y la mayor partida del presupuesto de Defensa, el 50 %, va a gastos de personal, según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, SIPRI. Según los medios locales, el titular de Defensa, Panos Kamenos, presionó al primer ministro con hacer volar la coalición que sostiene al Gobierno si aceptaba la petición de la troika de recortar 200 millones de euros en el 2016 y 400 millones en el 2017.

Tsipras explicó la postura del Gobierno diciendo que se trata de cuestiones que afectan a la «esencia de nuestra soberanía nacional». Podía referirse a la soberanía que se expresa al decidir con independencia en qué se gasta un país su dinero, algo que Europa tendría derecho a matizar al advertir que el dinero que gasta Atenas es de otros. Pero Tsipras también habla de un territorio soberano incrustado en una región inestable, y es consciente de ser una pieza fundamental en la estrategia de la Alianza Atlántica.

El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, dejó clara su postura el pasado 30 de junio. «Grecia es y será miembro de la OTAN» dijo, y «los gastos en Defensa no son la causa de los problemas».

El apoyo que recibió de la oposición se resquebraja

El apoyo de la oposición griega a Alexis Tsipras comenzó ayer a resquebrajarse, solo un día después de cerrar filas en torno al primer ministro. La posibilidad de un Grexit ha levantado la voz de alarma. Los líderes opositores señalan que el mandato que le otorgaron el lunes era para cerrar un acuerdo, en ningún caso para romper con Europa.

Vangelis Meimarakis, que sustituyó a Antonis Samarás al frente de los conservadores de Nueva Democracia tras su dimisión el domingo, pidió un debate inmediato en el Parlamento, para añadir que no aceptará una salida del euro sin la «legitimación de los ciudadanos», es decir un nuevo referendo.

Para la líder del Pasok, Fofi Yenimatá, Tsipras «en vez de traer el acuerdo que prometió, volvió con un ultimátum» de Bruselas. El líder del centrista To Potami, Stavros Theodorakis, urgió al primer ministro a presentar una propuesta que permita a Grecia permanecer en la UE, ya que «cualquier otro acto será visto como una traición por el pueblo griego».


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