La excarcelación de Sócrates revoluciona la precampaña lusa
Internacional
El ex primer ministro cumplirá arresto domiciliario en un piso de su ex mujer
06 Sep 2015. Actualizado a las 05:00 h.
A un mes de las elecciones legislativas en Portugal, la salida de la cárcel de Évora del ex primer ministro socialista, José Sócrates, tras 284 días en prisión preventiva, imputado por corrupción, fraude fiscal y lavado de capitales, está revolucionando la precampaña lusa. El juez instructor, Carlos Alexandre, decretó la prisión domiciliaria, sin pulsera electrónica, para Sócrates cinco días antes de acabar el plazo de prisión preventiva que establece la ley portuguesa. Alexandre ha justificado su decisión «por haberse atenuado considerablemente el peligro de fuga y de alteración de pruebas».
Sócrates no escogió el domicilio en el que residía en Lisboa, cuya compra también es investigada en el caso Marqués, sino un apartamento de su exmujer, Sofía Fava, en el céntrico barrio lisboeta de Alvalade, vigilado día y noche por dos agentes de la Policía de Seguridad Pública (PSP).
El exjefe del Ejecutivo luso no podrá contactar con los otros nueve imputados, aunque se le permite recibir visitas y dar entrevistas, lo que no ha dejado de realizar en sus nueve meses desde la cárcel. Y es lo que más teme el equipo de campaña del jefe del Gobierno, Pedro Passos Coelho, al que las encuestas sitúan empatado con el socialista Antonio Costa, que fue ministro con Sócrates.
El prestigioso semanario Expresso destacaba que el juez Alexandre «no agotó el plazo establecido por la ley portuguesa para no interferir en la campaña electoral». El 9 de septiembre, el día que acababa el plazo, tendrá lugar el frente a frente televisivo entre Passos Coelho y Costa, decisivo para las aspiraciones de ambos. La última encuesta, difundida ayer, da a Costa solo un punto de ventaja sobre Passos.
Los abogados de Sócrates confirmaron que van a recurrir la prisión domiciliaria de Sócrates. Uno de ellos, João Araujo, declaró que «mantener retenido [...] es una maniobra de imagen y propaganda para mostrar que la Justicia lusa está haciendo algo». El letrado fue más allá al afirmar: «Pedimos su libertad porque no hay pruebas que lo condenen. Estamos convencidos de que en pocos meses el proceso será archivado, ya que no hay una acusación formal».
Passos Coelho permanece en silencio y no ha querido hacer ninguna declaración. Costa, que fue ministro con Sócrates, predijo que el caso «no va a afectar a la campaña electoral, porque los portugueses sabrán separar la justicia de la política».