La Voz de Galicia

La derecha gana las elecciones en Portugal, pero cede la mayoría absoluta

Internacional

Alfonso Andrade La Voz en Lisboa

Afrontará la compleja gobernabilidad del país desde una posición debilitada

05 Oct 2015. Actualizado a las 22:47 h.

Lo que hace apenas seis meses parecía una victoria clara para el Partido Socialista (PS) en las elecciones legislativas portuguesas se convirtió ayer en la gran fiesta de la derecha, que logró revertir esa tendencia y vencer con claridad. A la hora de elegir el nuevo Parlamento, del que saldrá el vigésimo Gobierno constitucional, los portugueses otorgaron una mayoría relativa a la coalición Portugal à Frente (PAF), formada por el Partido Social Demócrata (PSD) de Pedro Passos Coelho y el Centro Democrático Social-Partido Popular (CDS-PP) de Paulo Portas.

El pueblo apuesta así por la línea continuista del Gobierno, obediente con Bruselas en la consecución de las políticas de austeridad, animado posiblemente por la mejoría económica del país en los últimos meses.

Sin embargo, las elecciones dejan una segunda lectura, la pérdida de la mayoría absoluta por parte de la coalición PAF, lo que obligará a Passos Coelho a afrontar la compleja gobernabilidad del país desde una situación más débil. El grupo que lidera ha perdido casi diez puntos porcentuales respecto a hace cuatro años.

A pesar de que la coalición de derecha es la vencedora, el Parlamento portugués tendrá una mayoría sociológica de izquierdas que pivotará sobre tres ejes: el PS, la coalición CDU (comunistas y verdes) y el Bloco de Esquerda, el otro gran ganador de estos comicios. El partido que lidera Catarina Martins se ha convertido en la tercera fuerza, con un crecimiento significativo respecto a las elecciones del 2011. Sube del 5,2 % de los votos a más del 9 %.

Contradicciones

A diferencia de lo que acaba de pasar en Grecia, esta vez no hubo quebranto demoscópico y las encuestas fueron bastante precisas, pues ya pronosticaban el auge del Bloco, así como también la victoria de la derecha.

Y curiosamente, mientras esta vence perdiendo votos, el PS es el gran derrotado a pesar de ganarlos. En realidad, la formación de António Costa mejoró en tres puntos el resultado de su partido en el 2011. Y, sin embargo, la gran cuestión que se plantea ahora es si este resultado electoral acarreará su dimisión.

El triunfo de la derecha ha sido incontestable en las principales ciudades del país. Ganó con claridad en Lisboa y arrasó en Oporto y Braga. Se le resistió, sin embargo, Setúbal, donde se impuso el PS.

Ahora, según el artículo 187/1 de la Constitución lusa, el primer ministro será nombrado por el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, una vez que hayan sido oídos los partidos representados en la Asamblea y teniendo en cuenta los resultados electorales». Como ha sucedido en todos los comicios democráticos, el presidente invitará al candidato más votado, Pedro Passos Coelho, a formar Gobierno. Un Gobierno que tendrá ahora una contestación en cada una de sus propuestas por parte de la mayoría de izquierda del Parlamento.

Así las cosas, los únicos pactos posibles para el PAF en el Parlamento serán con el PS, pero para eso se antoja imprescindible la dimisión de su líder. Tanto el grupo comunista como el Bloco dejaron claro anoche que rechazarán en la Asamblea cualquier tentativa de Gobierno de la derecha.

Tal y como se esperaba, la abstención volvió a ser de récord, con más del 44 %. Portugal vive bajo la presión económica de sus acreedores y su futuro está condicionado por esa relación, lo que genera desencanto, escepticismo y, en consecuencia, abstención. El temporal que golpeó con fuerza ayer el norte y el oeste del país y la jornada futbolística tampoco ayudaron. Por primera vez se rompió la regla de que el deporte rey no interfiriese en las elecciones, y por la tarde jugaron los tres grandes equipos del país: Benfica, Oporto y Sporting. De poco valió la arenga previa de Cavaco Silva: «Los portugueses van a conciliar su entusiasmo futbolístico con la responsabilidad de ir a votar», porque abstenerse es «desistir del presente y abdicar del futuro».

La abstención en estos comicios mantuvo la curva casi siempre creciente que ha ido trazando a lo largo del siglo XXI. Solo bajó en los comicios del año 2005. En el 2009 fue del 40,32 %, y en el 2011, del 41,97 %.

La jornada electoral transcurrió sin excesivos contratiempos en las 11.800 mesas electorales que se distribuyeron por todo el país, excepto tal vez por la queja que los comunistas de CDU presentaron ante la Cámara de Viseu por retirada de propaganda electoral en la calle, lo que consideran que se hizo «de forma inusitada, ilegal y prepotente».

A mediodía habían votado ya los principales líderes políticos del país. Passos Coelho y António Costa lo hicieron en Sintra; Paulo Portas, en Lisboa; Catarina Martins, en Vilanova de Gaia, y Jerónimo de Sousa, en Santa Iria de Azóia. También en Lisboa votó el presidente, Cavaco Silva. Las urnas cerraron con puntualidad a las siete, aunque hubo que esperar hasta las ocho por los resultados de Azores, que tienen una hora menos.

Cuando los resultados ya apuntaban triunfo conservador, el vicepresidente del PSD, Marco António Costa, aseguró: «Vamos a mantener nuestro compromiso para garantizar la recuperación [...] y mantendremos una actitud de diálogo».


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