La Voz de Galicia

Un detenido en España alertó de los planes de atentar en Europa

Internacional

Francisco Espiñeira Redacción / La Voz

Informó en junio sobre una célula de 100 hombres en Siria lista para atacar en grandes eventos y lugares concurridos

24 Mar 2016. Actualizado a las 14:26 h.

La célula terrorista que atentó en Bruselas no tiene vínculos aparentes con ninguno de los grupos islamistas que actúan en España. Eso es al menos lo que sostienen los responsables de la investigación en Bélgica. Los datos que han transmitido a los servicios de información españoles descartan incluso una posible estancia reciente de los miembros del comando en la península ibérica. Su fuente de inspiración estaría en Alemania y otros países de Centroeuropa, según confirman fuentes policiales.

Ni los servicios de información de la Policía y la Guardia Civil ni el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tienen constancia de que los terroristas de la matanza de Bruselas identificados hasta ahora tengan lazo alguno con España o hayan sido residentes en territorio nacional. En las bases de datos españolas, explicaron fuentes de la lucha antiterrorista, no figura dato alguno sobre los hermanos Khalid e Ibrahim el Bakraui. No obstante, los servicios de información no descartan que en el futuro, según avancen las investigaciones, pueda encontrarse algún tipo de vínculo.

Alusiones a Al Ándalus

De hecho, los expertos españoles en la lucha contra el terrorismo islamista están especialmente preocupados por el incremento de las alusiones de los portavoces del Estado Islámico hacia potenciales objetivos de sus comandos en Al Ándalus, el nombre con el que se refieren a España en sus comunicados. Según informes de Interior, esa palabra ha aparecido hasta en 19 ocasiones diferentes a lo largo de los últimos tres meses en los distintos mensajes emitidos por los supuestos portavoces yihadistas.

Sin embargo, fue una detención acometida en España el pasado mes de junio la que disparó todas las alarmas en el resto de Europa sobre la inminencia de un atentado -incluso de una cadena de ellos- de gran impacto en territorio europeo. Así lo relataba José Enrique de Ayala Marín, general de brigada retirado, miembro de la Fundación Alternativas y analista de los movimientos islamistas. «Fue en el transcurso de los interrogatorios cuando el detenido confirmó la existencia de una célula formada por un centenar de personas que se estaban entrenando en Europa bajo las órdenes de Abdelhamid Abaud.

Abaud, que falleció en el asalto de la policía francesa al piso franco de Saint-Denis en el que se refugió una parte del comando que protagonizó los ataques de París del pasado noviembre, tenía relación con Abu Umar al Baljiki (el Belga), que a su vez controlaba a algunos grupúsculos islamistas asentados en España. Fue uno de sus miembros el que informó sobre el cambio de estrategia de los radicales del Estado Islámico. «Se entrenaban para atacar los grandes eventos, con importantes aglomeraciones de público, desde conciertos y salas de fiestas hasta partidos de fútbol», indicó el general De Ayala. De hecho, el detenido confesó que había llegado a Europa para analizar potenciales objetivos, aunque fue sorprendido por las fuerzas de seguridad antes de poder acometer ninguna operación de las que le habían encomendad a su salida de Siria.

Y esas averiguaciones fueron las que llevaron a los responsables del Ministerio del Interior a elevar a grado cuatro el nivel de alerta en España, por el temor a posibles ataques, según corroboró el general De Ayala.

La alerta transmitida por España al resto de países de su entorno no sirvió para evitar los sucesos de París, con el ataque suicida al Stade de France, donde el terrorista no llegó a entrar por las medidas de seguridad, y el ataque simultáneo a la zona de terrazas y la sala de fiestas Bataclan.

De aquel primer ataque, en el que se calcula que colaboraron en su organización más de una treintena de personas, huyó Salah Abdeslam, el nexo que une el ataque del 13 de noviembre en la capital francesa con los registrados el pasado martes en Bruselas. Fue su amigo y compañero de aventuras juveniles Najim Laachraoui el que le facilitó alojamiento y cobertura a lo largo de los últimos cuatro meses, hasta que fueron sorprendidos el pasado jueves en una redada policial.


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