Renzi lanza la campaña a favor de su reforma de la Constitución italiana

Matteo Renzi se la juega con el referendo sobre la reforma de la Constitución que se celebrará en Italia en octubre. Su credibilidad política y su continuidad como presidente del Gobierno hasta el 2018, fecha de las próximas elecciones, estarían en entredicho si el sí a la abolición del actual Senado no gana. Ayer dio por inaugurada la campaña con el eslogan «Basta un sí» con un acto en la ciudad de Bérgamo, en el que apeló a la necesidad de cambio para defender la nueva ley ya aprobada en Parlamento.

«Es una reforma que dará a Italia un poco de esperanza para el futuro», dijo. Para Renzi, con la limitación de poderes del Senado, que no podrá vetar leyes y ve reducidas sus competencias, se acabará con la inestabilidad política de Italia. «Si no pasa la reforma, el país será ingobernable. Habrá un sistema en el que ninguno tendrá la mayoría» aseguró.

Una mayoría en contra

Las encuestas dicen que el 54 % de los italianos votará no en el referendo y esto preocupa al jefe del Gobierno que en los últimos tiempos ha visto como su estrella perdía brillo, sobre todo tras el último escándalo que provocó la dimisión de la ministra de Industria y los problemas con la Justicia de algunos alcaldes.

Los contrarios a esta reforma son muchos, empezando por el sector crítico a Renzi en su propia formación, el Partido Democrático. Con ellos están prestigiosos constitucionalistas e intelectuales que consideran que la reforma acaba con algunas garantías democráticas. El otro frente del no son los partidos de oposición. Para la Liga Norte, de Matteo Salvini, y Forza Italia, de Silvio Berlusconi, es la ocasión para acabar con el Gobierno de Renzi e ir a elecciones. Lo mismo que para el Movimiento 5 Estrellas, que según los últimos sondeos lo votarían el 28,5 % de los italianos frente al 28 % que votarían al PD. La tercera fuerza sería la ultraderechista Liga Norte.

En junio habrá elecciones municipales en las grandes ciudades y el PD de Renzi podría perder la alcaldía de Roma, mientras que en el resto de ayuntamientos necesitará de una segunda vuelta.