Trump alarma tras elegir a radicales para tres cargos claves de su Gobierno
Internacional
Los ultraconservadores Mike Pompeo, Jeff Sessions y Michael Flynn se hacen con la CIA, la Justicia y la Seguridad Nacional
19 Nov 2016. Actualizado a las 09:36 h.
Donald Trump ha elegido para su Administración a tres históricos ultraconservadores tachados de racistas, islamófobos y azote de los inmigrantes: el senador Jeff Sessions como fiscal general, al general retirado Michael Flynn como asesor de Seguridad Nacional y al congresista Mike Pompeo como director de la CIA. Sus nombramientos atemorizan a políticos y activistas en EE.UU. «Flynn ha mostrado un enorme desprecio hacia la Convención de Ginebra y otras leyes que prohíben la tortura», denuncia Human Rights Watch. «Ningún senador ha luchado más que Sessions contra las esperanzas y aspiraciones de latinos, inmigrantes y personas de color», lamenta el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez. De los tres designados, solo Flynn no requiere la aprobación del Senado.
Seguridad Nacional
Michael Flynn, islamófobo y conciliador con Rusia. Este general retirado es uno de los más leales a Trump, de hecho, muchos le veían como vicepresidente. Tras servir en los cuerpos especiales, se retiró del Ejército en el 2014 tras se apartado por Obama de su cargo de jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa, tras varios incidentes por su islamofobia. «El miedo a los musulmanes es racional», dijo. Defensor de la tortura en los interrogatorios y contrario a cerrar Guantánamo, una vez le preguntaron si apoyaba el asesinato de familiares de los yihadistas, él respondió que «habría que ver en qué circunstancias».
Además es un firme defensor de estrechar lazos con Rusia, tras haber coqueteado durante años con el Kremlin (incluso estuvo en una cena con Vladimir Putin y es un asiduo comentarista de la televisión rusa). Según The New York Times, su firma de asesoría tiene conexiones con países en Oriente Medio y se la conoce como lobista a favor del Gobierno turco. Su designación «podría complacer a Putin y Erdogan», ironizó David Axelrod, exasesor de Obama. Ahora, a sus 57 años, estará a cargo de 400 personas y será el nexo de unión entre la Casa Blanca, Exteriores, Defensa e Inteligencia.
Fiscal general
Jeff Sessions, el halcón antiinmigración. Nacido hace 69 años en Selma, Alabama, muchos le han definido como uno de los legisladores «más racistas del Congreso». Sus declaraciones racistas en los años 80 aún le persiguen: en 1986 cuando era fiscal federal en Alabama, reprochó a un abogado blanco haber defendido a un cliente negro, lo que le costó ser rechazado como candidato juez federal bajo el mandato de Ronald Reagan. Sessions es uno de los más férreos defensores de la deportación de los simpapeles. «Él es el experto sobre las fronteras», dijo el multimillonario. Apoya la construcción del muro entre México y EE.UU. porque «las buenas vallas hacen buenos vecinos». Allegados de Sessions aseguraron que el senador empleaba el término despectivo de nigger para dirigirse a los afroamericanos y durante muchos años no escondió su simpatía por el Ku Klux Klan. A pesar de su currículo, Sessions estará al frente de la Fiscalía General y se encargará de velar por los derechos civiles.
Director de la CIA
Mike Pompeo, el azote de Clinton. Nació en California hace 52 años y llegó a Washington hace tan solo seis como congresista por Kansas de la mano del Tea Party y con el apoyo de los hermanos Koch, los grandes donantes del partido. Estrecho colaborado de Pence, se le conoce por ser un feroz detractor del acuerdo nuclear con Irán y de «la amnistía de ilegales». Pero su papel estelar fue en la controvertida comisión Bengasi, por poner en la picota a Hillary Clinton por negligencia en el asalto al Consulado estadounidense en la ciudad libia, que dejó cuatro muertos estadounidenses. Se graduó en la Academia de West Point y en Derecho en Harvard, antes de trabajar en la industria.