La Voz de Galicia

Guía para no perderse en el largo y complejo proceso de «impeachment»

Internacional

Carlos Pérez Cruz washignton / E. La Voz Cuando el Congreso de EEUU busca derrocar a un presidente
«No hubo ninguna presión en absoluto (...). Esta es la mayor caza de brujas en la historia estadounidense, algo vergonzoso», dijo Trump a los periodistas durante una reunión en Nueva York

Los demócratas necesitarán los votos republicanos en el Senado para poder tumbar a Donald Trump

25 Sep 2019. Actualizado a las 18:23 h.

Hay puertas que uno no sabe adónde le llevan y que no todos osan abrir. Después de meses frenando los impulsos de un sector de su partido, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se decidió a empujar la que adentra a Estados Unidos, a Donald Trump y a los partidos republicano y demócrata por el incierto camino de un proceso de impeachment.

 ¿Qué es un «impeachment»?

En el sistema de equilibrios del sistema político estadounidense (aquello que llaman checks and balances; es decir, controles y contrapesos), el Legislativo tiene el poder de retirarle el poder al presidente si considera que ha violado la ley. La Constitución otorga esa facultad al Congreso en caso de que haya fundamentos para acusarlo de «traición, cohecho u otros delitos y faltas graves». En definitiva, se trata de un juicio político.

En la historia de Estados Unidos, tan solo dos presidentes han llegado a ser imputados en 250 años. El primero, Andrew Johnson en 1868; el segundo, Bill Clinton, en 1998. En ningún caso fueron destituidos, al ser exonerados de las acusaciones. En el de Richard Nixon, el escándalo del Watergate le llevó a presentar la dimisión antes de que se pusiera en marcha toda la maquinaria del impeachment.

 ¿Cómo es el proceso?

La Constitución no especifica el método, por lo que la tradición determina el proceso. Lo esperable es que los seis comités de la Cámara de Representantes que actualmente tienen abiertas investigaciones sobre Trump hagan llegar sus conclusiones al comité judicial, encargado de determinar si de estas se deriva una ofensa que pueda dar lugar al impeachment. Cada uno de los posibles delitos -es decir, cada una de las posibles razones para una destitución, denominadas «artículos del impeachment»- se votan en la Cámara Baja. Con que solo uno de ellos obtenga la mayoría simple de los votos en una Cámara de 435 miembros (los demócratas tienen 235 representantes y 203 congresistas se han manifestado favorables al impeachment hasta hoy), el presidente deberá someterse al proceso. Sin embargo, es en el Senado donde se celebra el juicio. Para destituir al presidente, se necesitan los votos de dos tercios de los senadores. De los cien escaños, 53 son republicanos y se necesitan 67 votos. De lo contrario, el presidente continúa en el cargo.

Si el impeachment sigue su curso, se solapará muy probablemente con la campaña de las presidenciales, que se celebrarán en noviembre del 2020. No existe, no obstante, la certeza de por cuánto tiempo puede prolongarse. 

¿Beneficiará aTrump?

Ese ha sido el gran temor de Nancy Pelosi durante todos estos meses. Un impeachment puede resultar dramático con el país tan polarizado. Y Trump es un maestro en sacar rédito del victimismo. Está por ver qué evidencias surgen del último escándalo y si Estas consiguen convencer a los suficientes republicanos de que el presidente merece ser retirado del cargo. Sea cual sea el resultado, resulta imposible aplicar los parámetros históricos a esta presidencia tan singular.

 


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