Trump sale impune del «impeachment»
Internacional
El Senado lo absuelve de los dos cargos sometidos a juicio político, y el presidente aprovecha el discurso del estado de la Unión para redoblar el pulso con Nancy Pelosi y lanzar su campaña a la reelección
05 Feb 2020. Actualizado a las 23:22 h.
Hay gente que siempre cae de pie. Donald Trump lleva haciéndolo 73 años. Este miércoles, otra vez. Dos semanas y un día después del inicio del juicio político en el Senado, el presidente ha quedado definitivamente absuelto de los dos artículos del impeachment aprobados por la Cámara de Representantes antes de las Navidades. Ni abuso de poder ni obstrucción al Congreso, ese es el veredicto partidista del Senado. Trump podrá ahora seguir ejerciendo el cargo al menos hasta enero, cuando tome posesión el nuevo presidente o él mismo renueve por cuatro años. Con la ruptura política del país en dos, era un resultado anunciado.
Los republicanos y la defensa del presidente han insistido en los últimos días en que deben ser los estadounidenses quienes decidan en las urnas si lo hecho por Donald Trump merece un cambio en la Casa Blanca o, por el contrario, el premio de un segundo mandato. Sin embargo, el mensaje del Congreso es peligroso. Establece un precedente al que este y futuros presidentes se podrán acoger. Congresistas y senadores, al menos los del Partido Republicano, han aprobado con su voto que es permisible implicar a un país extranjero en el proceso electoral estadounidense. Puede causar revuelo, pero no se penaliza.
Algún republicano ha expresado su disgusto por los hechos descubiertos durante la investigación del impeachment, pero su malestar no ha pasado de la retórica. En el momento de la verdad, solo rompió filas el excandidato a la presidencia Mitt Romney, que votó de forma favorable al cargo de abuso de poder. «No puedo pensar en nada que implique un ataque más atroz contra nuestra Constitución que intentar corromper una elección para mantenerse en el poder», apuntó Romney. «Y eso es lo que hizo» Donald Trump, añadió. Su decisión permitió que este cargo sumara 48 votos favorables a la destitución del presidente, rechazada por 52 de los 53 republicanos. El de obstrucción al Congreso sumó 47 favorables y 53 en contra. Para ser efectivos, cada uno de ellos requería dos tercios de los votos de la cámara alta.
Irónicamente, el mismo presidente sobre el que sobrevoló la sospecha de haber conspirado con Rusia para llegar al poder en el 2016 -sospecha de la que la investigación de Robert Mueller no halló pruebas suficientes-, acaba exonerado después de que los demócratas hayan probado que intentó involucrar a Ucrania en las del 2020. Es un hecho que ya casi nadie discute. Simplemente no implica consecuencias.
Si algo ha demostrado esta Casa Blanca es su innegable poder para controlar a los republicanos del Congreso, lo cual neutraliza la capacidad del legislativo para fiscalizar al Ejecutivo. Los conservadores vinculan su suerte a la de Trump, ya sea por convicción o por conveniencia. Tiene el apoyo de más del 90 % del electorado conservador. Los que se volvieron contra Richard Nixon lo hicieron contra un presidente que, en el momento de dimitir, tenía una popularidad de apenas el 24?%.
El cierre del impeachment vino precedido del tercer discurso sobre el estado de la Unión de Donald Trump, en el que se visibilizó a la perfección el abismo que separa a republicanos y demócratas. Después de que Trump se negara a dar la mano a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, impulsora del impeachment y anfitriona de la sesión, la demócrata consiguió con un solo gesto desviar la atención que se había procurado el presidente con un discurso más propio de un mitin. Pelosi rompió los folios con la intervención de Trump. La respuesta más cortés, según la demócrata, «teniendo en cuenta las alternativas».