Londres exhibe su huella en Hollywood
Internacional
Leicester Square muestra estatuas de personajes de cine inspirados por libros británicos
16 Mar 2020. Actualizado a las 12:36 h.
Romeo y Julieta, Frankenstein, el conde Drácula, Sherlock Holmes, Frodo y Bilbo Bolsón, Harry Potter y sus amigos de Howgarts. Estos son solo algunos de los personajes de la literatura británica que Hollywood ha hecho suyos y convertido en iconos del cine. La relación entre la capital británica y la meca del séptimo arte es histórica, pero desconocida para algunos desprevenidos. Posiblemente por ello, las autoridades y un grupo de empresarios de Londres han decidido dejarla clara al convertir una de sus plazas en una especie de paseo de las estrellas, en el cual se destaca la aportación del Reino Unido a la industria cinematográfica mundial.
Desde principios de este mes, en la emblemática Leicester Square, ubicada en el corazón del West End, justo en medio de la llamada Theaterland (tierra de los teatros), están instaladas nueve estatuas de personajes icónicos del cine, que ahora acompañan a las del actor Charles Chaplin y del escritor William Shakespeare.
Las piezas, elaboradas en bronce, forman parte de la atracción Scenes in the square (Escenas en la plaza) que fue financiada por el Ayuntamiento de Westminster y el grupo empresarial Heart of London.
Los londinenses y los millones de turistas que anualmente visitan la urbe del Támesis pueden ahora retratarse con Mary Poppins, personaje creado por la novelista Pamela Lyndon Travers y que Walt Disney inmortalizó en la película estrenada en 1964. La escultura de la famosa niñera se presenta sosteniendo su paraguas como si se dispusiera a tomar el vuelo, tal y como ocurre en la cinta protagonizada por la también inglesa Julie Andrews.
Por su parte, en un costado de la plaza se puede ver la pieza que honra a Fred Astaire en Cantando bajo la lluvia, y justo al lado de él está Bugs Bunny, el conejo que ha hecho las delicias de generaciones de niños alrededor del mundo.
Iconos británicos
Dentro de la plaza, los visitantes se encuentran con dos esculturas que homenajean a dos grandes aportaciones del Reino Unido a la cultura mundial: La primera está dedicada a Mr. Bean, el extraño y torpe personaje que desde principios de los años 90 convirtió al ingeniero mecánico Rowan Atkinson en uno de los actores cómicos más famosos del mundo.
Durante estos días no es raro sorprender a peatones fotografiándose tratando de imitar las extrañas pose y mueca de la escultura de Mr. Bean. Mientras que a pocos metros está la estatua de Paddington, el osezno nacido en las selvas peruanas que se pirra por los sándwiches de mermelada de naranja y que pone patas arriba la rutina de la familia británica que lo adopta, nada más llegar a Londres.
Esta es la segunda escultura que el personaje creado por el escritor británico Michael Bond tiene en la ciudad. La primera se encuentra en la estación de trenes y metro de donde el cachorro tomó su nombre, según el libro infantil.
Los superhéroes tan en boga en los últimos tiempos en las carteleras también tiene su hueco con una estatua de Batman, colocada en la cornisa de uno de los cines de la zona, desde donde parece vigilar y proteger a los londinenses.
Por último, los amantes del humor clásico pueden deleitarse con la pieza que rinde triunfo a Stan Laurel y Oliver Hardy, la pareja de humoristas que marcó un hito en la industria durante los años 20 y 40 del siglo pasado, al realizar rutinas donde se exageraba la violencia física con casi perfecta sincronía.
Las estatuas, que forman también parte de los eventos organizados para celebrar los 350 años de la fundación de la emblemática Leicester Square, permanecerán a disposición del público hasta el verano. Aunque habrá que esperar a ver si la cálida acogida hace que los ahora invitados de Chaplin y Shakespeare se conviertan en vecinos permanentes.